La Sociedad Rural, una avanzada beligerante y rabiosa de la oposición

Emilio Marín

La Sociedad Rural "Argentina" finalizó la semana pasada su exposición. No se acalla la polémica por el duro discurso de su titular y el contraste entre las quejas de los ruralistas y la prosperidad de sus negocios. 
Desde el jueves 18 de julio hasta el martes 30 funcionó en el predio rural de Palermo -vendido en 1991 a precio vil por el menemismo- la edición 127 de la muestra de la Sociedad Rural Argentina. En el corte de cintas realizado por su titular, Luis M. Etchevehere, y en su discurso del sábado 27, con presencia de Mauricio Macri y el rejunte opositor, quedó demostrado que la Sociedad Rural es la avanzada de la oposición más beligerante. El tono fue tan destructivo que entidades amigas, como la Unión Industrial Argentina, buscaron diferenciarse. De Mendiguren dijo que la función de las organizaciones empresariales no es buscar el cambio de gobiernos...

Es que al entrerriano se le fue la mano en reivindicar el rol del "campo", así de genérico, en la economía del país, como si el resto de los sectores fueran inexistentes.

Estuvo bien Claudio Scaletta, en Página/12 el 4 de agosto ("Okupas de Palermo"), cuando puso los límites a ese supuesto aporte: "Las cuentas que exhiben los ruralistas los ubican como los principales proveedores de divisas. Luego, cuando suman el aporte sectorial al PIB, se olvidan de que son meros productores primarios y agregan a toda la agroindustria, el transporte y la logística. Y si se los deja, también describen como generación de riqueza propia todo lo que demandan, desde las adquisiciones como reserva de valor, como podrían ser los inmuebles urbanos y con ellos la industria de la construcción, a la sumatoria de insumos y bienes de capital".

El discurso del presidente de la sociedad fundada por José Martínez de Hoz en 1866 tuvo un sentido objetivamente destituyente, interpelando y acusando a la presidenta de la Nación. Apuntó a que el suyo era un gobierno corrupto y se quejó que las divisas aportadas por "el campo" no habían servido para infraestructura ni materias sociales. Se fueron por el canal de la corrupción, según ese enfoque. Etchevehere pareció un Lanata más delgado; tal la única diferencia.

Confirmando esa presunción, el ruralista declaró a "La Nación" que la mitad de su discurso lo había sacado de los títulos de los diarios de estos diez años. No hizo falta que aclarara a qué matutinos se refería. "Gaceta Ganadera" es la tribuna de doctrina de los dueños de los Angus, los Bradford y la soja.

 Apocalipsis que no llega

El antecesor del entrerriano, Hugo Biolcati, copiándose de la desopilante Elisa Carrió, inventó la catástrofe del campo. Juró que las cosas iban tan mal, de mal en peor, que Argentina iba a tener que importar carne, leche y trigo. Tres tristes fallidos...Su sucesor no le fue en zaga. Ante las dificultades de meses atrás con la harina de trigo, hizo suya esa apología del faltante para aplicarla a este cereal, tratando de impactar en algo tan sensible como el pan. Sin embargo el gobierno no tenía la culpa de una pobre cosecha de trigo, afectada por el mal tiempo y pocas lluvias para la espiga. Hubo algo totalmente diferente: acaparamiento y especulación de algunos productores, cerealeras y molinos como forma de presionar a favor de una devaluación y como protesta contra el gobierno por dar intervención a cooperativas en el negocio de la exportación.

Bastaron algunas amenazas de apelar a la ley de abastecimiento y ciertos movimientos de la AFIP para que el trigo apareciera multiplicado como los panes y los peces. Y no fue un milagro de Francisco.

Superado ese trance, los ruralistas y los políticos que los miman, como Macri, volvieron a la cantinela de que "el campo no puede más". Al jefe del PRO le fue muy mal con ese discurso durante su incursión en Río Cuarto, adonde fue a dar apoyo a Héctor Baldassi. En un programa de TV en esa ciudad un periodista lo refutó con ejemplos de lo bien que viven y compran los productores agropecuarios del sur cordobés.

 Mentiras y verdades

Como ese traspié del jefe de gobierno porteño fue recordado por programas oficialistas como TVR y 678, los macristas dirán que tales ámbitos no fueron objetivos. Entonces se puede citar a la ya mencionada "Gaceta Ganadera", que mugió a favor de Etchevehere, en contra del gobierno nacional, afirmando que la situación del agro es muy preocupante. Editoriales en total sintonía ruralista fueron publicados el 30 de julio ("Una valiente crítica del campo al Gobierno") y el 3 de agosto ("El campo y otro grave llamado de atención").

Pero en las mismas ediciones del matutino se pudieron leer artículos que los contrariaban abiertamente. Por ejemplo, Fernando Bertello informó sobre los remates de las razas de carne (Angus, Hereford, Brangus y Braford) y aseguró que hubo una mejora del 50 por ciento en los promedios pagados. "Fue un excelente remate, con compradores muy exigentes y con mucho interés, sobre todo por los toros muy buenos", señaló Gervasio Sáenz Valiente, rematador de la firma Sáenz Valiente, Bullrich y Cía SA", citó.

También en "La Nación", Cristian Mira recogió estas declaraciones de Javier Grasso, gerente de Metalfor: "vendimos un equipo pulverizador autopropulsado, un equipo de arrastre y una fumigadora frutihortícola. Aunque tenemos que esperar el resultado de las consultas, por el momento el resultado lo considero bueno". Otro fabricante de maquinaria agrícola, Nelson Lambertini, director de Mainero, le contó que hubo muchas consultas y las ventas realizadas las consideraba normales.

Quizás más contundente en la refutación del catastrofismo fue Carlos Solanet, director comercial de La Rural Predio Ferial de Buenos Aires. Le dijo a "Gaceta Ganadera" que el resultado de la muestra fue "muy bueno". Abundó: "según los expositores de maquinaria agrícola, agroinsumos, laboratorios, etcétera, se realizaron muchos negocios, tuvieron un muy buen nivel de público que pasaron por los stands y ya nos están pidiendo renovar los lugares para el año que viene".

Explicaciones ridículas

Más allá de la ideología neoliberal y los manifiestos casi golpistas como el leído por Etchevehere, cuentan los hechos, que suelen ser tozudos.

Una exposición con 450 stands de empresas, de éstas 50 de maquinaria agrícola, con remates de toros y vacas con precios muy empinados y una asistencia de público de 800.000 personas, también mayor que en 2012, no pinta un agro y ganadería sumergidas en la peor de las crisis. Son datos de avances, buenos negocios y acumulación.

Cuando a los latifundistas, a políticos como Macri y a editoriales de medios monopólicos se les refutan apreciaciones con datos objetivos, suelen dar apenas un paso al costado y contestar: "son buenos resultados del campo, sólo del campo, a pesar y en contra del gobierno".

Como si el mayor consumo de carnes a 45 pesos promedio el kilo en carnicería, leche a 7 pesos y pan a 18 o 20 no tuvieran nada que ver con una mejor situación de muchos sectores populares, no todos. Como si las cosechadoras y demás máquinas herramientas las cagaran los Angus o se fabricaran por generación espontánea. ¿La política industrial y líneas de créditos oficiales no tienen nada que ver?

Una de las cosas más ridículas que este cronista leyó fueron las explicaciones que dieron en la Exposición Rural sobre los mejores precios de los remates del ganado.

Por ejemplo, se argumentó que se había pagado más que en 2012 por "la alta calidad de los animales expuestos". ¿Acaso los anteriores no eran de calidad?

También adujeron que se habían comprado reproductores "como refugio de valor y por la necesidad de defenderse de la inflación". Querría decir que para esos ganaderos y criadores el precio del ganado seguirá subiendo y les dará más ganancias, lo que refuta el argumento de la "crisis terminal" de la ganadería.

Explicaciones frágiles

El colmo de las explicaciones frágiles fue que "algunos centros de inseminación, habituales compradores importantes en Palermo, afrontan dificultades para importar semen (pese a que para carne sólo se importa 10% del semen) y por eso ponen más foco sobre el mercado interno". En la misma cita se aprecia la contradicción, pues se admite que para la producción cárnica "sólo se importa 10 por ciento de semen". El 90 por ciento siempre fue del fluido de toros del rodeo local.

Como si estas explicaciones no fueran suficientemente retorcidas, va la última. Se dijo que se pagaron mejor los Brangus porque "ocurre lo mismo que con las ventas de automotores: la genética se valora como un refugio de mediano plazo contra la inflación, y los compradores visualizan a la raza Brangus como una de las que tienen mayor potencial de crecimiento, en especial cuando vuelvan a aplicarse políticas racionales. Otro condimento es Paraguay, cuyas exportaciones de carne superan a las nuestras, y donde el Brangus se constituye en la mejor opción".

Traducido: se comprarían más caros los toros para cubrirse de la inflación e imitar a Paraguay. Con tal de no admitir que a los 10.000 socios de la SRA y las multis y bancos relacionados les va muy bien, son capaces de mentir con que un Brangus en celo le ganó una carrera de 10 kilómetros a una Ford 4x4. Esta puede ser una mentirita campestre, pero la línea de la Rural es destituyente y no tiene ninguna gracia.