A ocho años del “NO al ALCA”. Persistencias imperialistas y unidad nuestroamericana



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 Ocho años atrás, miles de personas convocadas en la Cumbre de los Pueblos en Argentina gritaron “NO al ALCA”, el Área de Libre Comercio impulsada por el imperialismo de Estados Unidos en pos de someter a los pueblos de Nuestra América. De la mano del Comandante Hugo Chávez, entonces presidente bolivariano, se enterró la propuesta que buscaba avanzar en la dependencia económica y el saqueo de los bienes comunes del continente en beneficio de las trasnacionales. Hoy, la contraofensiva es la Alianza del Pacífico, en la cual persisten las embestidas neoliberales  de la mano de Gobiernos entreguistas cómplices de las corporaciones y del país del norte.

En el año 2005, el escenario estaba claro: por un lado el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush junto a Panamá como promotores de la Cumbre de las Américas; enfrente la Cumbre de los Pueblos que nucleaba a los países integrantes del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), junto al pueblo de Venezuela y la figura política imprescindible del Comandante Hugo Chávez. También se encontraban el presidente de Bolivia, Evo Morales; de Argentina, Néstor Kirchner; y de Brasil, Ignacio Lula Da Silva. La única excepción fue Cuba, por impedimento de la OEA. Sin embargo, la lucha política de Fidel Castro fue uno de los motores de la gesta.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, recordó el lunes pasado las movilizaciones populares que culminaron en el repudio general al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). A su vez, evocó el rol político de Chávez y lo destacó como un gran impulsor de la defensa de la soberanía de los países de nuestraamérica.
“¿Quién enterró al Alca? Los pueblos de América enterramos al Alca, hoy, aquí en Mar del Plata (…) Pero  eso no quiere decir que el capitalismo esté muerto, insisto en esa idea, al próximo que vamos a enterrar es al capitalismo, ese es el próximo”, destacó el Comandante bolivariano en el 2005, luego del memorable “ALCA, ALCA, al carajo”.
El ALCA era un ambicioso Tratado de Libre Comercio proyectado por el Gobierno de Estados Unidos que buscaba conectar el extremo sur del continente con el extremo norte y beneficiar a las empresas transnacionales a partir de anular el rol de los estados sobre sus propias economías y políticas. También continuaba el protagonismo de los organismos internacionales de crédito como aplicadores de los “programas de ajuste”, tales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Las persistencias del ALCA
Ocho años después, la Alianza del Pacífico de la mano de Chile, Perú, México y Colombia encarna el avance neoliberal que bajo el abrazo de Estados Unidos no se resigna a perder terreno en su viejo patio trasero. Se trata de una reedición moderada del ALCA que busca retornar al protagonismo de las Corporaciones Económicas bajo las viejas premisas de libre mercado. Sus líderes expresaron en diversas oportunidades sus objetivos a mediano y largo plazo vinculados a la integración de bienes, servicios, mercados de capitales e infraestructura que se traducen en una apertura de mercado y atracción de inversión extranjera.
El carácter imperialista se esconde detrás de la expresada intención de Estados Unidos de fortalecer relaciones comerciales con el bloque económico  y avanzar en la creación del Tratado Trans-Pacífico, un acuerdo comercial que alienta el acceso de las transnacionales a los recursos naturales estratégicos tales como petróleo, gas, minerales, agua y biodiversidad.
En el caso de Argentina, donde se expresó la gesta popular-  las organizaciones sociales denunciaron el reciente acuerdo que el Gobierno Nacional hizo con el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI), el tribunal del Banco Mundial para dirimir los conflictos comerciales  entre países y empresas extranjeras. En ese sentido señalaron que el compromiso atenta contra la soberanía judicial a la vez que profundiza la usura de las corporaciones en connivencia con los organismos financieros. “Desembolsamos 506 millones de dólares para que pueda destrabarse un crédito del Banco Mundial por 300 millones de dólares”, destacaron en un comunicado las organizaciones populares.
Unidad Nuestroamericana
Frente a las persistencias imperialistas, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestraamérica (ALBA) avanza en la  consolidación de procesos de integración y cooperación que apunten hacia la unión de los pueblos con un horizonte antiimperialista. Desde Bolivia, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Dominica, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda señalan las sistemáticas ofensivas del imperialismo que tienden sus brazos hacia las embestidas militares, políticas, económicas y culturales. Luego le siguieron la creación de organismos como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
En ese marco, a fines de octubre desde el ALBA y el MERCOSUR anunciaron a propuesta de crear una zona económicamente complementaria en pos de la “promoción del desarrollo integral, enfrentar la pobreza y la exclusión social”. Desde la Alianza Bolivariana también están avanzando en la elaboración de una Doctrina de Defensa a nivel regional para “defender la soberanía regional ante cualquier agresión imperial”, tal como enfatizó el presidente Evo Morales.
La respuesta frente a las embestidas imperialistas, la sintetizó el presidente boliviano al concluir en Guayaquil la XII Cumbre del ALBA en el mes de julio:  “Ahora para defender a los pueblos de América Latina y el Caribe tenemos la responsabilidad de recuperar los recursos naturales que se convierten en recursos económicos para servir a los pueblos de América Latina”.