España 1937: La Teruel que vivió Pablo de Diego

Eduardo Andradas
Kaos en la Red [x]


77 años de la Batalla de Teruel, a través de un soldado del XXII Cuerpo de Ejército de la Republica.

Día 16 de Diciembre,  el frio se le pega en las botas a Pablo, huele a nieve y dar pasos es taparse las piernas de blanco.  En sus bolsillos guarda tres peines de munición  de su fusil Moisin-Nagant, 15 posibles disparos y 5 preparados para dar de cerrojo inmediatamente.
A la mañana se lanza contra la aldea de El Campillo, es parte del XXII Cuerpo de Ejército, reclutado en Madrid y Castilla centro, atestado de comunistas del PCE.
Va andando piedras y tierra hambrienta tapada por la cellisca, sorteando coscojas y enebros y las postas del 7,92 mm que envían los fascistas.  El 16 de Diciembre rinden San Blas y le ponen sitio a Teruel. Pablo viste una gorra tipo miliciana, un capote y un jersey de lana que le hizo su mujer Alejandra, tras la guerrera.  La noche del día 17 se protege en un peñasco del relente que entrega la luna alta, duerme unas horas interrumpidas a goteo de obús y artillería propia. Hoy cumple años el poeta Rafael Alberti, un soldado entona “Madrid corazón de España” en homenaje al  trovador Gaditano.
Despierta el amanecer terroso y detonado de granadas y estampidos de ametralladora franquista,  que intentan desalojar a la unidad en la que está integrado Pablo de Diego de sus posiciones del recuperado pueblo para la Republica de San Blas. Pero a kilómetros de allí, Lister y el Quinto Regimiento detienen a los de Franco una y otra vez.  Ahora se combate en La Muela y  entretanto  Pablo descarga sus proyectiles tumbado en los pastizales, tratando de copar al enemigo. Al anochecer escarba su cama entre los matorrales y se acuesta de estrellas, a la espera del sol débil día 19.
Nace gris las primeras horas de luz, sobre él la “Gloriosa” se pelea con los “Chirris” de Mussolini. Le ordenan avanzar al extrarradio de la ciudad del Alfambra y el Turia, allí se posiciona a media tarde, cuando oscurece,  otea desde su improvisada trinchera de un muro tomado, la cátedra de Santa María, con su estilo del sur de la península, sino fuera por el cierzo fuerte, cree que estaría a las puertas de Córdoba.
Pasa los días adelantándose unos metros  y fortificando lo conquistado.  El 26 llega a las proximidades del Banco de España, es recibido con un par  de balazos  y tiros de pistola. Le mandan cargar a la bayoneta y al atardecer someten a los franquistas.
En la nocturnidad encienden una fogata para calentarse con billetes facciosos, arden las pesetas del Generalísimo. Cuenta la leyenda que un amigo de Pablo, Lucio Ortega, socialista Valdetorreño, supuestamente guardaría un fajo de divisas en su mochila y en la posguerra las usaría. 
Pablo celebra la victoria de la II Republica, la que cree que es también, de la causa internacional del proletariado. En esos momentos no sabe, que le tocara replegarse vencido por el Rio Alfambra meses más adelante, que será herido en la sierra del Espadan en una pierna, que tendrá que luchar en el puerto del Calabazar en Extremadura y arrebatar Cartagena a la quintacolumna de FET-JONS. Para acabar arrestado en su localidad de Valdetorres del Jarama y estar preso cinco años en la cárcel, por “Auxilio a la rebelión”.
La contienda  le hará perder un hermano, Sebastián de Diego y jamás vera  a  Dolores Ibarruri como  presidenta del país. Pero hasta el 2003 que decidió despedirse de la vida, recordaba la gélida Teruel de 1937 y el triunfo momentáneo de la democracia contra el fascismo que desencadenaría dos años después una guerra mundial.
Dedicado a  todos y todas los y las antifascistas que hace 77 años lucharon contra la tiranía en Teruel. - Que su nombre no se borre de la historia -.