Crecen protestas en EEUU para que Obama cancele deportaciones

David Brooks
La Jornada [x]
Movilizaciones en más de 80 ciudades; frente a la Casa Blanca, plantón indefinido.
Aprehenden a cientos de personas que participaban en acciones de desobediencia civil.
Casi 2 millones de migrantes han sido expulsados; es el mayor número en la historia del país.
 Nueva York, 5 de abril.

Migrantes y sus aliados realizan movilizaciones, acciones directas de desobediencia civil y huelgas de hambre, entre otras medidas, por todo Estados Unidos, en demanda de que el presidente Barack Obama –a quien apodan El deportador en jefe– cese las detenciones y deportaciones masivas de indocumentados.
Hoy se efectuaron protestas en más de 80 ciudades, con la consigna 2 millones son demasiados, informó la Campaña #Ni1más (#Not1More), exigiendo al gobierno de Obama suspender las deportaciones, el fin del programa Comunidades Seguras (autoriza a policías locales actuar como agentes de migración) y ampliar las protecciones a los derechos civiles de la mayoría de los 11 millones de indocumentados.
Las movilizaciones se centran en que el gobierno federal está por alcanzar la cifra de 2 millones de deportaciones, el número más elevado en la historia del país.
Como parte de ello, familias de indocumentados empezaron un plantón indefinido frente a la Casa Blanca, donde, dicen, permanecerán hasta que el mandatario hable con ellos sobre las consecuencias humanas de sus políticas migratorias.
Duele escuchar que el presidente diga que comparte nuestro dolor, pero no hace nada por aliviarlo. Estamos en la Casa Blanca porque el mandatario puede tomar su pluma y traer de regreso a la gente hoy mismo. Permaneceré aquí hasta que retorne mi mamá, afirmó Cynthia Díaz, de 18 años, quien está luchando contra la deportación de su madre, detenida en Arizona.
Tania Anzueta, organizadora de campañas de la Red Nacional de Organización de los Jornaleros (National Day Laborer Organizing Network, Ndlon), dijo ayer en una teleconferencia que la presión desde las bases ha penetrado la capital. Esta campaña continuará hasta asegurar que el presidente otorgue el mayor alivio posible e inicie el proceso necesario para desmantelar la maquinaria de deportación construida durante su administración.
En San Francisco y varias ciudades más, decenas fueron arrestados por los actos de desobediencia civil.
Mientras la reforma migratoria integral prometida por Obama y líderes demócratas se ha estancado en el Congreso, se han ampliado las acciones y movilizaciones –en gran parte encabezadas por jóvenes migrantes– en demanda de que el mandatario ejerza su autoridad para modificar la aplicación de las leyes migratorias, algo que puede hacer sin el Legislativo.
Marisa Franco, organizadora de Ndlon, subrayó: “Queremos que Obama sea un reformador real, no El deportador en jefe. Puede otorgar alivio con sólo utilizar su pluma”.
El pasado fin de semana obispos y otros líderes católicos realizaron una misa en Nogales, en la cual ofrecieron comunión a migrantes e instaron a un cambio en las políticas migratorias.
Ayer, Kevin Appleby, director de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, indicó en una teleconferencia que el costo social de la inacción es incalculable, mientras nuestro gobierno continúa deportando a los padres de millones de ciudadanos estadunidenses. ¿Así es como deberíamos invertir y proteger esta generación de niños, los futuros líderes de nuestro país?
Hay diversas acciones en todos los rincones del país, en las cuales lo más notable es la decisión de los indocumentados y sus aliados de desafiar abiertamente lo que consideran leyes y políticas injustas, aun ante intentos por reprimirlos.
Jaime Valdez y Ardani Rosales fueron deportados sin notificación (el primero por la noche) después de que sus familias y algunos simpatizantes realizaban huelgas de hambre y vigilias en Arizona. Agrupaciones afiliadas a #Ni1Más, entre ellas el Movimiento de Derechos Humanos Puente y la Coalición Ley Dream de Arizona, denunciaron que la acción fue en represalia por el activismo de los arrestados y sus familias. Los dos cruzaron de nuevo la frontera esta semana, en demanda del regreso de sus familias. Ahora se encuentran en un centro de detención, en espera de que se resuelvan sus casos.
Hace un par de semanas, en un centro de detención de migrantes de la agencia federal de migración en Tacoma, en el estado de Washington, cientos llevaron a cabo una huelga de hambre en demanda de mejores condiciones y el fin de las deportaciones, mientras sus aliados se manifestaban afuera. En represalia, el 27 de marzo unos seis participantes en la protesta fueron puestos en aislamiento, según denuncian familiares y organizaciones de defensa de los migrantes. La Unión Americana de Libertades Civiles de Washington presentó una demanda legal el 2 de abril. Declaró que el derecho de libre expresión de los hombres ha sido violado. El caso ya está en un tribunal.
Tal vez lo que asustó a las autoridades es que esa acción se repitió en otro centro de detención: en Conroe, Texas. Ahí, tres presuntos líderes han sido colocados en aislamiento. Uno fue amenazado con ser deportado, acusó el grupo Alianza Mexicana, en Houston.
La ola de movilizaciones en diferentes puntos del país ha crecido en meses recientes. En Alabama, Tucson, Chicago, San Francisco, Georgia y otras ciudades, varias personas se han encadenado frente a instalaciones de detención para obstaculizar la salida de autobuses con migrantes.
Otra campaña fue recién lanzada por varias organizaciones y coordinada por Presente.org, el Proyecto de Legado de Obama (www.obamalegacy.com), para documentar y presionar a la Casa Blanca por su historial de deportaciones y detenciones masivas y la militarización de la frontera. Jesús Íñiguez, de Presente.org, comentó a Truthout que Barack Obama “puede ser recordado como El deportador en jefe, el peor presidente en el tema de la migración en la historia, responsable de deportaciones récord que han destrozado a cientos de miles de familias, o puede optar por actuar”.
El impacto de las movilizaciones y denuncias se está registrando en las encuestas, en reportajes sobre la desilusión de votantes latinos –sector clave para Obama y los demócratas– y hoy, según reporta Político, el Consejo Nacional de la Raza, la organización latina más grande del país, está por declarar que Obama tiene que suspender las innecesarias deportaciones masivas.