Cómo ganaron los talibanes la batalla cultural

Tafhim Kiani*
Asia Times Online [x]
Sentimientos de cólera de la gente hacia un gobierno corrupto, odio por incursiones nocturnas y campañas de bombardeo realizadas por el régimen estadounidense.

Uno de los principales factores tras la resiliencia de los talibanes es su capacidad de configurar su narrativa de manera que tenga resonancia en la gente, particularmente en las áreas pastunas de Afganistán.

Por encima de sus enemigos más inventivos y sofisticados en lo militar, dentro de Afganistán los talibanes son los capaces de definir el actual conflicto y darle sentido a través de su entendimiento de la cultura, la historia y la gente afganas. Lo hacen manipulando los eventos, y sobrerepresentando sus propias fuerzas y los fracasos del gobierno afgano y sus patrocinadores extranjeros.

Los talibanes han comprendido hace tiempo que para ganar esta guerra, no necesitan derrotar a su enemigo, sino más bien solo sobrevivir. Por lo tanto son capaces de montar operaciones que aunque no son tácticamente devastadoras para sus oponentes, resultan ser exitosas a un nivel estratégico.

Mediante esas operaciones, los talibanes logran frustrar al enemigo al exagerar su incapacidad de establecer control sobre Afganistán, mientras exageran simultáneamente sus propias fuerzas atacando a voluntad.

Casos de víctimas civiles son utilizados como medio para ganar simpatía y apoyo para su movimiento. Los talibanes han apuntado a definir esta guerra como librada por nacionalistas afganos que siguen los pasos de sus antepasados defendiendo su territorio contra un invasor extranjero más, y una guerra religiosa de muyahidines contra ejércitos de cruzados que han atacado Afganistán bajo un contexto más amplio de someter tierras musulmanas en todo el mundo.

Para muchos observadores del exterior, la noción de que los talibanes colocan gran énfasis en relaciones públicas y sus procesos de formulación y reformulación podrán parecer algo antiintuitivos, ya que el trato dado a las mujeres por los talibanes, los atentados suicidas, la interpretación dura de la Sharía y otros casos similares no manifiestan instintivamente popularidad.

Sin embargo, esta es otra área más de diferencia entre los talibanes y las fuerzas de ISAF y de EE.UU. A los talibanes les importa poco la opinión mundial, particularmente la de no musulmanes. Pero saben que para ganar la guerra, tienen que contar con el apoyo de la gente local en general y de los pastunes en particular y por lo tanto han concentrado casi todas sus campañas de relaciones públicas y de propaganda en esa audiencia.

Las fuerzas de ISAF y de EE.UU., por otra parte, han mostrado poco interés en intentar activamente ganar apoyo público en Afganistán a un nivel micro. Las fuerzas de ISAF y EE.UU. han tenido mucho cuidado en limitar el daño colateral, pero han mostrado poco conocimiento de los lenguajes, culturas o tradiciones locales y poca consideración por el resentimiento que es creado por actos como incursiones nocturnas en casas afganas, ataques contra ceremonias de matrimonio y la presencia de lujosas bases militares en las cuales desde el punto de vista afgano, los soldados parecen vivir en decadentes estilos de vida occidentales.

En 2010, se citó a Shukria Barakzai, una parlamentaria pastuna e importante activista por los derechos de las mujeres diciendo: “He cambiado mi opinión [de los talibanes] hace tres años cuando me di cuenta que Afganistán está solo. No es que la comunidad internacional no nos apoye. Simplemente no nos comprende. Los talibanes forman parte de nuestra población. Tienen diferentes ideas, pero como demócratas tenemos que aceptarlo”. [1]

El concepto tradicional de gobierno en Afganistán es diferente del de Occidente. En Afganistán, el gobierno ha pertenecido tradicionalmente a la facción o partido que puede tomarlo por la fuerza. La legitimidad no resulta de la representación del pueblo, sino de otros actos, como ser la provisión de paz, estabilidad y justicia en la sociedad. [2]
Religiosidad y tribalismo
Actualmente, muchos en el exterior pueden interpretar el lado oscuro de la religiosidad de los talibanes como Islam tribal. Sin embargo, los talibanes fueron en realidad un rechazo del tribalismo afgano.

La sociedad afgana es una mezcla de estructuras tribales y valores religiosos. Si las estructuras tribales afganas forman un eje vertical dentro de la comunidad afgana, se puede ver que la religión se extiende horizontalmente por la sociedad. Por ello los talibanes pudieron liberarse de la naturaleza tribal de Afganistán, y mantener a pesar de ello una fuerte identidad afgana. De hecho, los talibanes no hablan ni de su identidad pastuna o de una identidad islámica global, y en su lugar se presentan como musulmanes afganos.

Esto se hace evidente dentro de su estructura organizativa. Incluso aunque la mayoría de sus altos funcionarios y comandantes regionales son pastunes, han comenzar a nombrar a vicegobernadores de distrito y a jefes militares a nivel de distrito, lo que les ofrece la oportunidad de hacer nombramientos más étnicamente equilibrados. [3]

Una oposición de inspiración religiosa al gobierno no es un fenómeno nuevo dentro de Afganistán. Antes de los talibanes, Hikmatyaar, Ahmad Shah Masud, Rubbani, Younis Khalis, Sayyaf y Pir Jillani combatían todos por lograr un gobierno religioso dentro de Afganistán.

De los que resistieron la ocupación soviética, el único secularista notable fue Dostum. Incluso antes de la invasión soviética, Afganistán tuvo una historia de oposición religiosa a gobiernos, dirigida a veces por líderes tribales conservadores o por carismáticos Pirs y Mullahs.

Semejantes levantamientos en las áreas fronterizas entre Afganistán e India británica fueron llamados “Movimientos de mullahs locos” por el establishment colonial británico y el actual Mullah Omar ha sido frecuentemente comparado con esos anteriores mullahs carismáticos. [4]
Marcos nacionalistas y religiosos
Las talibanes han intentado apelar al sentido afgano de nacionalismo cuando destacan la injusticia cometida contra su país y sus conciudadanos, mientras han recurrido a las tradiciones religiosas de Afganistán para presentar una salida a su situación actual.

Los talibanes, han considerado que la principal injusticia contra Afganistán y los afganos ha sido la ocupación extranjera y un gobierno impuesto por fuerzas invasoras para servir intereses extranjeros.

Desde un punto de vista religioso, los talibanes lograron una importante victoria de relaciones públicas cuando Mullah Omar, en un período particularmente difícil en 1998, apareció en público y se cubrió con el manto del Profeta Muhammad.

Para el afgano ordinario, eso otorgó a Mullah Omar una autoridad religiosa incuestionable, y para los activistas talibanes, le dio el título de Amir ul-Mominín, o comandante de los fieles, ofreciéndole un estatus que iba mucho más allá del de cualquier personalidad nacional o tribal.

Por lo tanto los talibanes pueden presentarse como diferentes de otras facciones de muyahidines y tener un carácter religioso esencialmente afgano, que es más probable que tenga resonancia con un pueblo que tiende a ser religiosamente conservador y sospechoso ante interferencia extranjera.

Especialmente desde la Shura de Quetta, los talibanes han creado una sofisticada y amplia red de comunicación y propaganda. Incluye un sitio en la web que es actualizado varias veces al día en cinco lenguajes diferentes; revistas, cintas de audio y DVD conteniendo prédicas e informes de combates; Shabnama, o cartas nocturnas; canciones y poemas tradicionales nacionalistas e incluso el uso de teléfonos celulares. [5]

Con estos medios, los talibanes pueden aprovechar lo que se considera como injusticias del gobierno de Karzai y de las fuerzas de EE.UU. y de ISAF que lo apoyan.

Relatos inquietantes de la Bahía de Guantánamo, detenciones arbitrarias en prisiones, como ser en la base aérea de Bagram, pérdidas de vidas de civiles como resultado de bombardeos aéreos, deshonor y humillación infligidos a la población como resultado de incursiones nocturnas en las casas de presuntos insurgentes, corrupción e impotencia del gobierno de Karzai en el control de fuerzas extranjeras, se propagan todos entre activistas y el público en general.
Poesía: un arma de guerra en Afganistán
El actual conflicto afgano es uno entre insurgencia y contra-insurgencia, pero en última instancia se libra como una guerra de información apoyada por acción militar; es una batalla por los corazones y las mentes. Si es así, entonces en esta batalla los talibanes tienen una clara ventaja sobre su enemigo más sofisticado, porque pueden hacer uso de referencias culturales afganas de una manera que las fuerzas extranjeras e incluso el gobierno de Karzai no han podido hacerlo.

La población de Afganistán es predominantemente analfabeta, especialmente en el sur del país, donde se encuentran los bastiones de los talibanes. Como muchas otras sociedades tradicionales durante siglo, los afganos han utilizado la poesía como medio de transmitir información de una generación a otra.

Los talibanes han tenido éxito en la utilización de este antiguo medio de comunicación para comunicar su mensaje. Actualmente su poesía es transmitida por estaciones de radio locales, Internet, es interpretada en reuniones locales, difundida por teléfonos celulares y copiada en CD y tocada en coches y tocadiscos.

La poesía talibán contiene una variedad de temas y narrativas que pueden incluir tópicos como: ‘Somos muyahidines que defienden el Islam contra invasores cristianos’; ‘somos los hijos de Afganistán y seguimos los pasos de nuestros antepasados rechazando otra invasión extranjera de nuestro país’; ‘orgullo y honor afgano contra la injusticia e inhumanidad de las fuerzas invasoras y su gobierno títere afgano’.

La poesía trae a menudo un mensaje de esperanza, o de intimidación, o recuerda al oyente que si se pusiera de parte del enemigo no musulmán o del gobierno corrupto, será tratado con dureza y de una manera similar de cómo los rusos y sus seguidores locales fueron tratados en el pasado.

Esas canciones son usualmente cantadas y coreadas, pero también son transmitidas por escrito mediante Shabnama, o cartas nocturnas. Donde los talibanes utilizan palabras como ‘nosotros’ o ‘muyahidines’, usualmente no se refieren a activistas o dirigentes talibanes, sino a los afganos en general, y de esta manera transmiten el mensaje de que la lucha por el Islam y la nación es una obligación para todo afgano, no solo los insurgentes.

Además, el lenguaje que es utilizado en esas canciones también es importante. Los talibanes no usan el lenguaje secular de insurgencia y contrainsurgencia, sino de yihad y martirologio, y la poesía se presenta en todos los dialectos afganos para asegurar que resuene con las diferentes etnias.

Una canción patriótica contenida como una carta de un prisionero de la Bahía de Guantánamo a su madre es mencionada en un informe del International Crisis Group:


Estoy encarcelado en la prisión en Cuba

No duermo ni de día ni de noche, madre mía

Es un trozo de tierra en medio del océano

Es la Isla de Cuba

Hay detenidos en ella

Está rodeada de barras

Hay jaulas

Que son muy fuertes

Son pequeñas/como un ser humano

Son para el horror

Son para la tragedia

Son para castigar a la pobre nación. [6]

Mientras otra dice:


Nunca aceptaré una vida en la que debo inclinarme ante otros… Nunca apoyaré lo ilegítimo por cualquier suma de dinero… No juraré por Washington como mi Qiblah [dirección musulmana para plegarias], ni me inclinaré ante Bush… No besaré la mano de Laura Bush, ni me inclinaré ante Rice… Mis creencias y mi orgullo pastún me enseñan esto… Si me cortan en pedazos, no imploraré a otros. (Comentarios entre paréntesis son del autor) [7]

Algunas canciones incluyen un mensaje de esperanza y libertad:


Será una nueva revolución en la cual cada persona cruel sufrirá

Cada criminal será avergonzado y enjuiciado

Este torrente limpiará la suciedad y se extenderá en toda dirección

Los oprimidos serán felices, y habrá libertad por doquier

Todos romperán sus cadenas y cada mano cautiva será liberada

A fin de conquistar la independencia para la nación; los compatriotas sonreirán. [8]

Estas ideas, aunque muy exageradas, se basan en agravios reales. Los talibanes entienden que mensajes que resuenan con sentimiento y emociones locales salen fortalecidos y generan más simpatía y acción. Sentimientos de cólera hacia un gobierno corrupto, la desconfianza hacia fuerzas extranjeras, el odio por incursiones nocturnas y campañas de bombardeo realizadas por fuerzas estadounidenses y resentimiento por las prisiones en Guantánamo y Bagram están generalizados en Afganistán, y no son necesariamente una causa única para los talibanes. Mediante su poesía y otros medios, los talibanes intentan utilizar esas emociones generalizadas en su propia ventaja.

Esto no quiere decir que la propaganda y los procedimientos de formulación puedan ser por sí solos la causa de la resiliencia de los talibanes.

Sin embargo, un exitoso proceso de formulación cultural combinado con una propaganda que encuentra resonancia entre activistas y potenciales simpatizantes resulta ser efectiva en –si no logra apoyo para– el movimiento, por lo menos resta apoyo al gobierno y a sus patrocinadores extranjeros. Además, el hecho de que la mayor parte de la propaganda de los talibanes sea en lenguajes locales mientras la comunidad internacional parece tener una escasez de habilidades lingüísticas, significa que la mayor parte de esta propaganda pasará desapercibida o será malentendida fuera de Afganistán. [9]

Un informe del ICG cita a un oficial militar de EE.UU. diciendo: “Por desgracia, tendemos a ver operaciones de información como un suplemento de operaciones cinéticas. Para los talibanes, sin embargo, los objetivos de información tienden a impulsar operaciones cinéticas… virtualmente cada operación cinética que emprenden está específicamente concebida para influenciar actitudes o percepciones.” [10]

Notas:

1. Fergusson, J., 2010. Should British soldiers be dying for the rights of Afghan women? No. Vea aquí . [Visto 14/04/13].

2. Barnett Rubin, 2009. A Regional Approach to Afghanistan. Video. Vea aquí . [Visto 28/03/13].

3. Nijssen, S., 2011. The Taliban's Shadow Government in Afghanistan. Comprehensive Information on Complex Crises. See here [Accessed 11/01/13].

4. Stenersen, A., 2010, p 13. Taliban insurgency in Afghanistan - organization, leadership and worldview. FFI Norwegian Defence Research Establishment. Report no.: 2010/00359. See here [Accessed 4/1/13]

5. International Crisis Group, 2008, p 12-15; Foxley, T., 2007, p 9-11. The Taliban's propaganda activities: how well is the Afghan insurgency communicating and what is it saying? Stockholm International Peace Research Institute. See here [Accessed 14/04/13]; Johnson, R., 2011. The Afghan Way of War, Culture and Pragmatism: A Critical History. London: Hurst & Company.

6. International Crisis Group, 2008, p18. Taliban Propaganda: Winning the War of Words? Report no.158, 24 July 2008. See here [Accessed 5/1/13].

7. International Crisis Group, 2008, p18. Taliban Propaganda: Winning the War of Words? Report no.158, 24 July 2008. See here [Accessed 5/1/13].

8. International Crisis Group, 2008, p16. Taliban Propaganda: Winning the War of Words? Report no.158, 24 July 2008. See here [Accessed 5/1/13].

9. International Crisis Group, 2008, p1. Taliban Propaganda: Winning the War of Words? Report no.158, 24 July 2008. See here [Accessed 5/1/13].

10. International Crisis Group, 2008, p1. Taliban Propaganda: Winning the War of Words? Report no.158, 24 July 2008. See here [Accessed 5/1/13].

*Tafhim Kiani completó una maestría en política global en Medio Oriente en Birkbeck College, Universidad de Londres, en 2012. Desde 2002, trabaja en The National Archives, Reino Unido.

Traducción: Germán Leyens (Rebelión)