Estrategia actual del imperialismo en Oriente Medio: "Trocea y vencerás"

Iñaki Urrestarazu 
La Haine [x]

Tras la gigantesca farsa del autoatentado de las torres gemelas del 11-S de 2001, se inaugura una nueva oleada de expansión imperialista

El “Proyecto para el Nuevo Siglo Americano” de finales del siglo XX, es una nueva vuelta de tuerca del imperialismo estadounidense en su afán de dominación del mundo. Tras la gigantesca farsa del autoatentado de las torres gemelas del 11-S de 2001, ligado a dicho proyecto, se inaugura una nueva oleada de expansión imperialista, bajo la denominación de “estrategia contra el terror”, que acentúa y refuerza la política de avasallamiento desarrollada previamente. Algunos de los prolegómenos de esta nueva fase, se producen por ejemplo con las conquistas a sangre y fuego de Afganistán primero, en 2001, de Irak después, en 2003 y de Libia, más tarde en 2011.

En 2001, paralelamente a la “estrategia contra el terror”, o más bien como parte de ella, se diseña lo que llaman la “remodelación del Oriente Medio” o el “Oriente Medio ampliado”, que consistía en dividir el Oriente Medio en una multitud de pequeños estados, con cierta coherencia étnica o religiosa, con el objeto de debilitarlos, de desactivarlos y de poderlos manipular con facilidad dentro de los grandes intereses del imperialismo. En realidad, es como bien dice un autor, un plan que se remonta más lejos, al plan Yinon de Israel de 1982, para fraccionar el Oriente medio y el Magreb en beneficio de Israel. Hasta 2006 no se publicó el mapa de remodelación del Oriente Medio, de la mano del teniente coronel Ralph Peters.

El actual vicepresidente Joe Biden hizo aprobar en el Senado en 2007 un plan para “descentralizar Irak en tres regiones autónomas: kurda, sunita y chiita” y con un gobierno central en Bagdad sin apenas competencias. La administración Bush retrasó su aplicación porque seguía esperando la oportunidad para desatar la guerra contra Irán. Este plan parecía olvidado, pero ahora, el estado mayor de las fuerzas armadas de Estados Unidos está tratando de reactivarlo a través de los yihadistas del EIIL. Es en este contexto que se produce la ofensiva del EIIL, agitando las tensiones entre chiitas y sunitas, muy agudizadas a partir de la invasión estadounidense de 2003, e impulsadas concienzudamente desde entonces por los EEUU.

Lo que los medios de prensa intoxicadores occidentales y todos los mercenarios de la pluma nos quieren hacer creer es que el conflicto es una “guerra civil” sectaria que opone el Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL) –ahora Estado islámico (EI)- junto con algunas fuerzas tribales suníes y algunos sectores ex baasistas de Saddam Hussein contra la fuerzas armadas del Gobierno de Al-Maliki, sin indicar quién está detrás de las facciones, y pretendiendo que todo parte del sectarismo pro-chiita de Al-Maliki.

De hecho, bajo el estandarte de una guerra civil, se está efectuando una guerra secreta de agresión, destinada a trocear y destruir el país, sus instituciones y su economía. Lo que está en presencia es una cuidadosamente preparada agenda del servicio de la inteligencia militar de EEUU. EEUU está jugando a dos bandas, con dos barajas, por una parte, impulsando y apoyando secretamente el EIIL y el Califato, algunos sectores tribales sunitas y a los desde hace tiempo grandes aliados de Israel y paradójicamente de Turquía, los kurdos iraquíes, y por la otra, apoyando aparentemente al Gobierno de Al-Maliki, para cubrir las apariencias de neutralidad, aunque en realidad utilizando y moviendo los hilos forjados en sus largos años de presencia en Irak, dentro del Ejército y la policía, organizados y adiestrados por ellos, para frenar cualquier posible ofensiva seria contra el EIIL y para a su vez, permitir rápidos avances de esta organización, como ha sucedido en Mosul.

Desde la guerra soviético-afgana de 1979-89, los EEUU-OTAN crean, organizan, adiestran, financian y arman secretamente a grupos terroristas de Al Qaeda, con frecuencia con la intermediación de países satélites a su servicio como Qatar, Arabia Saudita, Turquía, Israel, -Pakistán en su día jugó un importante papel- y a veces con el apoyo directo o indirecto de GB y Francia, para crear desestabilización en países con petróleo o importantes recursos, en países no sumisos o no amigos –con alianzas con China o Rusia-, o en países de gran importancia geoestratégica por su ubicación. Esa desestabilización está encaminada a veces a tumbar el gobierno o a debilitar, fracturar o desactivar el Estado y a veces como coartada para introducir los ejércitos imperialistas en el país, mediante ofertas de asesoramiento o apoyo militar. Así, la lista es larguísima: Pakistán, Cachemira, Txetxenia, Yugoslavia, Xinkiang, Libia, Siria, Irak, Yemen, Somalia, Sudan, Nigeria, Niger, Mali, Chad y un largo etcétera.

Nuri Al-Maliki fue puesto en el poder y armado por EEUU antes de retirar el grueso de sus tropas, pero algunas de las decisiones que ha adoptado no han sido del agrado de los EEUU: en concreto los acuerdos sobre el paso del gaseoducto Iran-Irak-Siria y Líbano, que enlaza por otra parte con Pakistán, India y la odiada China, la ruptura del embargo a Irán mediante compras de armas y el que China estuviera comprando cerca de la mitad de la producción petrolera de Irak y el que se convirtiera en uno de los principales clientes de Irak.

Todo lo anterior, unido al fracaso de la estrategia imperialista de acoso y derribo del Gobierno sirio, ha empujado al imperialismo a reactivar la antigua estrategia de fraccionamiento de Irak y ahora también de Siria, que sustituiría en este caso a la malograda de “cambio de régimen”. Y la vía ha sido la reorganización de sus huestes de mercenarios de Al Qaeda, potenciando la creación de un Califato sunita radical en un territorio que comprende zonas de Siria y de Irak y la organización y coordinación de una ofensiva bien orquestada conjuntamente con los kurdos de Irak. El sectarismo pro-chiita de Al-Maliki les ha facilitado las cosas pero no ha sido para nada determinante. De la potenciación, financiación y armamento del EIIL y el Califato por parte de EEUU-OTAN hay numerosísimas pruebas, incluidas las aportadas por Snowden.

Pero hay una curiosa y es la aportada por el PKK kurdo de Turquía. En su órgano de expresión Özgür Gündem, hacen referencia a la reunión organizada en Amman el 1 de junio de 2014, bajo los auspicios de EEUU, Arabia Saudita, Qatar, Israel y Turquía, para lanzar un ataque conjunto del EIIL y el Gobierno autónomo del Kurdistán iraquí. El PKK considera este Kurdistán, como una abominación imperialista y llama a sus miembros a tomar las armas contra él. Hay que tener en cuenta que el Kurdistán iraquí estuvo muy protegido por EEUU y GB, con la zona de exclusión aérea primero entre los dos conflictos de Irak y más, a partir de ser derrocado Saddam Hussein. Colaboró con la invasión americana y siempre ha tenido estrechas relaciones con Israel, quien ahora mismo se ha manifestado en favor del Kurdistán iraquí.

Dentro de los cambios de estrategia del imperialismo en el Oriente Medio es a considerar la postura que está adoptando con respecto a Irán. Es una estrategia de palo y zanahoria. Le han estado amenazando constantemente como la “bestia parda” del núcleo de resistencia antiamericano del Oriente medio, el siguiente blanco después de Libia y Siria. Intentaron hacer otra revolución de color, la revolución verde, para impedir que saliera elegido presidente el más intransigente –y el más anticlerical- de los políticos de Irán, Mahmud Ahmadinejad, cosa que no lo consiguieron. Pero con la inmensa presión del criminal embargo a cuenta de la supuesta intención de fabricar bombas atómicas, incidieron en que en las siguientes elecciones prosperaran los sectores más conservadores y ligados al negocio, como Rohani. Ahora da la impresión, de que han aparcado las intenciones intervencionistas y han optado por una vía más conciliadora y negociadora, esperando así, quizá, que se amanse la fiera. Y con los intentos de participación de Irán en la “solución” del conflicto de Irak, por sus afinidades con el chiismo, da la impresión que les están preparando una trampa, que puede ser peligrosa.