Brasil: "No hay opciones de izquierda y crece el abstencionismo"

El análisis de James Petras en CX36, lunes 29 de septiembre de 2014.
En Brasil la izquierda consecuente no tienen muchas posibilidades” ya que la oferta es entre “la corrupción, la continuidad de la entrega y la política que busca cada vez más la inversión privada en el sector del agro mineral de la mano de Dilma Rousseff” y “una versión del neoliberalismo más radicalizada con Marina Silva”; dijo el sociólogo norteamericano James Petras este lunes en CX36 (*).  En ese contexto advirtió que en las elecciones brasileñas del próximo domingo va a ser notorio el incremento del abstencionismo. En la oportunidad Petras también analizó la situación en Venezuela, explicó la guerra de occidente contra ISIS, habló de las protestas en Hong Kong y destacó “la gran crisis que está profundizándose sobre los modelos económicos de exportación de materias primas, agrícolas o mineras”. 
Transcribimos la columna íntegramente, que Usted puede volver a escuchar aquí:


Efraín Chury Iribarne: James Petras, buenos días, bienvenido.
James Petras: Buenos días Chury. Estamos aquí esperando.

EChI: Bien, comencemos entonces, si te parece por Brasil donde el domingo hay elecciones.
JP: En el caso de Brasil la izquierda consecuente -el PCB, el PSOL, el PSTU- no tienen muchas posibilidades. Yo creo que el mejor entre ellos es el PCB con el candidato Mauro Iasi, casi no van a conseguir más de un 2%.
Entonces, ¿cuál es la oferta entre los principales candidatos?
De un lado tenemos a Dilma Rousseff que después de 12 años de gobierno, sin cambios estructurales importantes, algunas políticas asistencialistas, alguna intervención estatal pero mezclada con una enorme cantidad de corrupción. Tenemos las privatizaciones y los gastos públicos que han impactado bastante en la baja del desempleo pero sin generar un modelo alternativo. Hay una gran dependencia de las exportaciones agrominerales frente a una situación de deterioro total de los precios y la demanda.
En este contexto la alternativa surge de Marina Silva, que está más o menos como representante del gran capital, una mezcla de (Fernando Henrique) Cardoso con charlatanería y creo que ella también representa a la derecha. Ella pide, por ejemplo, la independencia del Banco Central, que no es realmente independencia sino es pasar el control de banco al sector financiero directamente. Quiere romper con el Mercosur y firmar acuerdos de libre comercio con Europa y USA; pide mayor intervención del capital privado e el sector petróleo, particularmente el petróleo en el mar. 
Y más allá de eso va a bajar los fondos para gastos sociales.
Entonces, por un lado tenemos la corrupción, la continuidad de la entrega y la política que busca cada vez más la inversión privada en el sector del agro mineral. Por otro lado tenemos  una versión del neoliberalismo más radicalizada con Marina Silva. 
En otras palabras, después de la primera ronda, donde hay posibilidades de hacer un voto de protesta, en la segunda ronda no hay un alternativa progresista.
Vamos a ver, probablemente, la victoria de Rousseff que va a continuar y profundizar la corrupción, la entrega y el modelo extractivo de capitales, más posibilidades de un ajuste y recortes sociales para compensar la caída en los ingresos de las exportaciones primarias.
En otras palabras, podemos decir que la mayoría de la gente se va a apretar la nariz y tal vez votará por Rousseff. 
En el otro lado, los servicios públicos se van a seguir deteriorando, lo que provocará grandes movilizaciones y que Marina Silva, tal vez, haga otro show de llorar, gritar y pedir apoyo por sus antecedentes populares. Pero cada vez hay más huecos, porque se ha revelado ahora que Cardoso y su partido están preparados a juntarse con ella en la segunda ronda.
Entonces, en un contexto muy polarizado entre uno y otro partido neoliberal, la gente tiene pocas opciones.
Yo creo que va a aumentar el ausentismo más allá de lo que han pasado en las elecciones anteriores.


EChI: Petras, hace un tiempo que no hablas de Venezuela. ¿Cómo está allí la situación?
JP: Hay dos cosas en Venezuela. Una es que la derecha respaldada por los Estados Unidos, ha agotado una etapa de violencia y de confrontaciones en la calle. Más allá de eso siguen tratando de desprestigiar y desgastar el gobierno en varias formas, a partir de protestas menos visibles pero que continúan en función de sus posiciones en Gobernaciones y Alcaldías.
Mientras tanto el gobierno de (Nicolás) Maduro no ha mostrado un plan económico para recuperar el crecimiento, bajar la inflación y manejar mejor la Economía. 
Yo creo que el gran problema de Venezuela no es simplemente el problema de radicalizar o no la política económica. La primer consideración es mejorar la gobernación, porque actualmente hay una falta de control sobre las finanzas, en un caso concreto, se han perdido U$S 20.000 millones, han desaparecido, y estaban destinados a importar comida y otros productos básicos. Y no hay nadie que pueda investigar y encontrar a dónde fueron esos U$S 20.000 millones.
Yo creo que Venezuela está políticamente estable. 
La derecha está suficientemente desprestigiada para no tratar de tomar el poder por la fuerza. Pero del otro lado, todavía el gobierno no muestra capacidad de montar un programa económico donde se manejen los ingresos de petróleo en una forma de diversificar la Economía.
Después de 12 años, un 95% de los ingresos de comercio vienen del petróleo. Y un 90% o más de la comida sigue siendo importada. Son esos desequilibrios que uno no puede dejar de lado.
Y más allá de otros problemas como las limitaciones sobre el acceso del pueblo al gobierno, etc. El hecho es que hay todavía una enorme gama de fuerzas populares en los consejos comunales y otros que siguen siendo fuertes y capaces de respaldar al gobierno frente a los desafíos de la derecha.
Pero hay una situación estancada. Y creo que debemos reconocer eso, y a pesar de los grandes saltos progresistas de los años anteriores, tienen que encontrar una forma de superar los grandes desequilibrios económicos y sociales.


EChI: Petras, ¿qué pasa con esta suerte de guerra de EE.UU., la OTAN, Europa Occidental con el Estado Islámico?
JP: Yo creo que la intervención norteamericana y europea, y de las monarquías árabes del Golfo, han fortalecido el Estado Islámico y han juntado ahora a otro grupo, el Frente al Nusra -que está vinculado con  Al Qaeda- que hoy día anunció que van a trabajar juntos con ISIS (Estado Islámico de Irak y el Levante, ISIS por sus siglas en inglés), que ellos representan más o menos el 90% de la oposición de Bashar al-Assad.
Washington tira bombas pero las fuerzas de ISIS están acumulando fuerzas en el terreno. Hoy en día están atacando cerca de Bagdad, están atacando los kurdos aliados con EE.UU., y los ataques aéreos no tienen ningún impacto militar. Por lo menos ninguna consecuencia que revierta la tendencia del avance de los ISIS. 
Además, la presencia norteamericana ha debilitado a sus ‘clientes’, los pocos que quedan en Siria, que ya han desaparecido o casi; y los que quedan están cada vez más denunciando a EE.UU.
Es decir, los EE.UU. y sus aliados cada vez tienen mayor falta de apoyo en el terreno. 
En tanto, los turcos siguen con su postura de abstenerse de meterse, a pesar de que tienen un enorme ejército en la frontera, porque no quieren ayudar a los kurdos. Porque se sienten más amenazados por los kurdos que por los islámicos.
En otras palabras, la nueva ofensiva aérea norteamericana ha tenido un efecto boomerang, ha fortalecido a ISIS, ha unificado las fuerzas islámicas y en el terreno propio han avanzado, a pesar de los bombardeos.


EChI: Muy bien. Como siempre el cierre lo dejamos para que nos comentes otros temas en los que estés trabajando.
JP: Bueno, voy a hablar de algunos temas.
El primero, son las manifestaciones en Hong Kong, protagonizadas por lo que la prensa burguesa llama pro democracia.  Pero yo creo que es otro de ese tipo de manifestaciones estimulados y respaldado por el imperialismo. No es que el sistema en Hong Kong sea democrático, pero no es menos democrático que los sistemas que tenemos en el mundo occidental, en Estados Unidos, Inglaterra, Europa, etc. por ejemplo, hay voto universal, peor los candidato y partidos que pueden presentarse están restringidos.
Pero en EE.UU. los republicanos y demócratas controlan  el proceso electoral desde hace 150 años y más que nada ahora las restricciones son sobre todo financieras, pues para ser electo Diputado la tarifa mínima es de veinte mil millones de dólares y para ser electo Senador puede llegar a cien mil millones de dólares. Eso elimina cualquier opción que no sea demócrata o republicana y elimina cualquier candidato que no tenga el respaldo del gran capital. Lo mismo pasa en Inglaterra donde tienes a laboristas y conservadores. Y algo similar pasa en todo el continente, con alguna diversificación aquí o allá, pero en realidad hay siempre dos bloques.
Y China siempre está repitiendo los patrones de los países occidentales. Es curioso que estos manifestantes que estuvieron por cien años bajo la colonia británica, donde no tenían ningún proceso electoral, no se movilizaban, no protestaban. Estaban bajo el mando inglés colonial, controlado autocráticamente y no se mostraban en las calles. Pero ahora, de repente, cuando China empieza a extender el voto, permite la participación, ellos protestan por la democracia total. 
Pero díganme dónde está la democracia total. ¿Dónde tenemos aquí en EE.UU. acceso a los medios e comunicación de masas? ¿Dónde tenemos medios financiaros para competir?
Son algo sospechosas estas manifestaciones. Creo que es otra de aquellas revoluciones de colores, que simplemente están organizadas para desprestigiar al gobierno chino y tal vez provocar alguna represión, que pudiera movilizar a la opinión pública mundial para boicotear o restringir el comercio con China. Creo que es eso lo que hay detrás de estas llamadas ‘protestas’.
Ahora, el segundo tema que quiero abordar, que toca a Uruguay también, es la gran crisis que está profundizándose sobre los modelos económicos de exportación de materias primas, agrícolas o mineras. Los mercados están pésimos, los precios están cayendo, la demanda está cayendo, los ingresos del Estado caen, el déficit sigue creciendo y no hay más posibilidad de repartir dinero entre el gran capital y los sectores populares, que es la manera de equilibrar la política de los llamados de centro izquierda.
Esto va a afectar de manera negativa las candidaturas de Rousseff, Cristina Fernández y Tabaré Vázquez, porque se juegan todo al modelo agro mineral y ahora ese modelo está en franco deterioro. Y no queda para ellos otra alternativa, tienen que enfrentar una situación donde la capacidad de juntar capitalistas y trabajadores está terminando.
En ese contexto debemos esperar que la derecha vuelva con más fuerza  y más capacidad de aprovechar esa debilidad para volver a imponer una política más reaccionaria. Creo que eso va a afectar las posibilidades de los gobiernos en Brasil, Argentina, Uruguay y otros países que están metidos en eso.
La única excepción es Evo Morales que ha invitado grandes capitales agrominerales, en el último tiempo (el vicepresidente Álvaro) García Lineras estuvo involucrado en las conversaciones con lo grandes de los agro negocios, entregando cientos de miles de hectáreas para fomentar las exportaciones y perjudicando a los pequeños productores. En este caso, con las nuevas ofertas y la profundización del capital extractivo, no hay duda que Evo Morales va a ganar  el apoyo del gran capital y va a mantener el control sobre los sindicatos y las organizaciones de cocaleros. 
En este caso, esta combinación con tan gran entrega, va a consolidar una nueva elección, con tal vez el 55% de los votos –poco más o poco menos-; pero él no tiene miedo de perder porque entre el populismo simbólico y la entrega agresiva, tiene tantos recursos económicos como respaldo electoral como para poder ganar otra elección.


EChI: Muy bien Petras, muchas gracias. No reencontramos el lunes, un abrazo.
JP: Muchas gracias. 
Un abrazo. Chau.