Los pronunciamientos antimitristas en Entre Ríos

Historia General
de las Relaciones Exteriores
de la República Argentina

Respecto de las reacciones provinciales en contra del apoyo mitrista a Flores, vale destacar que en la provincia de Entre Ríos, el mismísimo hijo del general Urquiza, Waldino Urquiza, pidió en vano un "pronunciamiento federal y antimitrista" a su padre. Ante esta falta de respaldo, decidió ir en ayuda de los blancos en territorio oriental. El 5 de septiembre de 1863 escribía Waldino Urquiza a Ricardo López Jordán -el futuro asesino de su padre-: 


Con agrado te participo que el 9 del corriente sin falta paso al otro lado a castigar a los salvajes unitarios antes que tomen cuerpo y se nos quieran venir sobre nosotros. Comprendo que mi presencia en el Estado Oriental conviene cuanto antes, por la moral que de hecho deducirán los porteños unitarios y el bandido de Flores; así es que he abreviado mi marcha para entonces. (1)

Con el hijo del gobernador entrerriano iban a territorio oriental el coronel santafesino Telmo López, que combatiría en la guerra de la Triple Alianza del lado paraguayo, y varios jefes, oficiales y hombres de tropa. El 14 de septiembre, ya instalados en la República del Uruguay, dieron a conocer la siguiente proclama:

Venimos por nuestra voluntad a combatir al infame invasor Venancio Flores y sus hordas de bandoleros alimentados y sostenidos por el oro de nuestros encarnizados enemigos los porteños unitarios. 

(...) Sabemos que el gobierno de Entre Ríos aconseja la abstención en esta lucha. Pero ¿cómo permitir que enemigos feroces se armen aquí en acecho de nuestro porvenir? 

Días más, y el mismo general Urquiza no podrá resistir al jadear de los pueblos que le gritan: ¡Qué hacéis! ¿Por qué dejáis que nos asesinen? (2) 

Asimismo, otra prueba del espíritu imperante en Entre Ríos fue la exhortación que el periódico El Pueblo Entrerriano efectuó al gobernador Urquiza poco antes del cruce de su hijo Waldino al territorio oriental. Este mensaje decía: 

El general Urquiza... no puede permanecer indiferente por más tiempo y, como siempre, sabrá conducir sus hijos invencibles al combate... 

Dicen que el general Mitre intervendría en este caso a Entre Ríos... ¡Pobre gobierno de la Nación, especie de hermafrodita impotente para el bien, que se para en puntas de pie para encararse con gigantes! ¿A que no interviene Entre Ríos? ¿A que no manda a Paunero con sus tropas de línea? Eso queda para los pueblos débiles y moribundos del interior que duermen la oscura noche del cautiverio. 

Sepa la Democracia (periódico entrerriano favorable a Mitre) y sepa el gobierno de la República que el pueblo de Entre Ríos está decidido a arrojar a balazos al primero que ose pisar el suelo glorioso... Sepa que cuando llegue ese caso, la política floja y sin firmeza del general Urquiza se ha de estrellar con la barrera insuperable de la voluntad del pueblo. Sepa que aquí todos contribuyen a enviar contingentes de fuerza al gobierno oriental y que se espera con ansia la oportunidad de concluir con los farsantes que están jugando con fuego al lado de la mina del odio de los pueblos. (3)  

Parecía reeditarse el clima de guerra civil entre Buenos Aires y el resto de las provincias que había caracterizado la década anterior a Pavón, ya que el periódico porteño y promitrista La Nación Argentina no dudó en contestar duramente la proclama efectuada por Waldino y la exhortación de El Pueblo Entrerriano, con un tono que poco favorecía la conciliación. Decía el artículo de réplica del diario porteño:

Sólo le queda (a Entre Ríos) unos pocos cañones sin un artillero, unos pocos jefes y oficiales inválidos, y los habitantes guardias nacionales jóvenes que no son soldados, siendo los viejos casi todos inválidos. No tiene soldados, no tiene jefes, no tiene parque, no tiene recursos; y tiene Urquiza en contra de si los inconvenientes de una larga familia, y un poder inmenso nacional que lo anonadaría. 

El poder del general Urquiza está en la imaginación de los que recuerdan lo que fue y que no se detienen a ver las cosas con calma. (4)

Los elementos antimitristas se encontraban incluso en el propio círculo del gobernador. Al respecto comenta Cárcano: 

Apercibido el general Urquiza de la existencia de sentimientos y acciones que no puede extirpar ni contener con su sola voluntad, aplica su viejo método de penetración y contacto influyente. Saber todo sin comprometer nada. En su propia secretaría se agitan almas dominadas por el federalismo histórico y su aversión a Buenos Aires. Ya se han visto actuar: José de Caminos, Francisco J, Fernández, Olegario V. Andrade, famoso redactor de El Pueblo. En el ejército entrerriano, los generales Virasoro y López Jordán son influencias dominadoras. (5) 

Señala Cárcano que el general Benjamín Virasoro estaba formalmente comprometido a incorporarse al ejército paraguayo, y encabezar el levantamiento de Corrientes, acompañado de numerosos jefes militares . A su vez, López Jordán confió su posición al cónsul paraguayo José Rufo:

-Si se declara la guerra entre Paraguay y Buenos Aires, pregunta (el cónsul), ¿usted concurriría al llamado de don Justo (Urquiza) para defender a la segunda? 

-Nunca, contesta, y no solamente no obedeceré, sino que me declararé en contra del gobierno nacional y de don Justo mismo, y si me persiguen me obligarán a encender la guerra civil y pelear a los porteños. (6)

A fines de septiembre de 1863, estalló un levantamiento en la localidad entrerriana de Victoria a los gritos de ¡Muera Mitre! y ¡Mueran los salvajes unitarios! Cabe agregar que el único funcionario que respondía al gobierno nacional que se hallaba en la localidad, el encargado de correos, fue obligado a abandonar el pueblo "por no quererse mitristas". El 27 del mismo mes sucedió otro pronunciamiento en la ciudad capital, Paraná, comentado por Evaristo Carriego al comandante de Nogoyá, coronel Manuel Navarro, en los siguientes términos:

Los mueras contra Mitre y contra los salvajes unitarios no cesaron un momento. Esto se desborda. En vano trata el general Urquiza de comprimir el espíritu público. Entre Ríos es un torrente que dentro de poco no habrá fuerza que lo contenga. (7)

Los habitantes de Paraná recorrieron sus calles y se dirigieron al consulado de Paraguay donde vivaron "a la República aliada y a su esclarecido gobierno". Por su parte, el coronel Manuel Navarro advirtió el 1º de octubre a Urquiza del estado de ánimo de la población entrerriana con las siguientes palabras: "No tiene V.E. una idea de lo mucho que se ha festejado la noticia del triunfo de Waldino; todo el pueblo en masa salió de serenata; gritaron mil vivas a V.E. y mil mueras a sus enemigos". (8) Pero Navarro fue aún más allá. Visiblemente afectado por el artículo de La Nación que subestimaba el poder militar entrerriano, lanzó una proclama desconociendo la autoridad presidencial y el grado militar de Mitre: 

Estamos convencidos que mientras Mitre y su partido se hallen al frente de los destinos de la República, no habrá para ésta sino calamidades y sacrificios. Al frente de nuestros valientes aceptamos el reto que se nos dirige, para probar a los salvajes unitarios lo que son los salvajes de Entre Ríos, y estamos seguros de que la lección será terrible. (9) 

 El llamado "grito de Nogoyá" encontró eco en los jefes y oficiales de Paraná, quienes desde el 9 de octubre desconocieron la autoridad de Mitre como presidente de la Nación y general, en los siguientes términos: "No reconocemos en don Bartolomé Mitre al representante legal de la República, y por consiguiente le negamos desde hoy para adelante nuestra obediencia como Jefes y Oficiales del Ejército Nacional". (10) Entre Ríos estaba en abierta rebeldía contra el gobierno nacional y se aguardaba como fecha para el "pronunciamiento" el 23 de octubre, aniversario de Cepeda. Seguramente también los jefes militares entrerrianos esperaban la reacción de Urquiza contra Mitre. Pero la reacción del entonces jefe del federalismo, forzada por una hábil maniobra de la diplomacia brasileña,  no llegaría en el sentido esperado por los caudillos entrerrianos.

NOTAS:

Del Archivo Urquiza, transcripto por F. Chávez, op. cit., cit. en ibid., p. 111.

Proclama reproducida en La Nación Argentina, 3 de octubre de 1863, cit. en ibid., p. 112.

Llamado al gobernador Urquiza del periódico El Pueblo Entrerriano reproducido en La Nación Argentina, 10 de septiembre de 1863, cit. en ibid., p. 112.

La Nación Argentina, 18 de agosto de 1863, cit. en ibid., p. 113.

Ramón  J. Cárcano, Guerra del Paraguay. Acción y reacción de la Triple Alianza, vol. I, Buenos Aires, Viau, 1941, pp. 136.

Ibid., p. 151.

Del Archivo Urquiza, transcripto por F. Chávez, op. cit., p. 100, cit. en J.M. Rosa, op. cit., p. 113.

Del Archivo Urquiza, transcripto por F. Chávez, op. cit., p. 101, cit. en ibid., p. 113.

La Nación, 15 de octubre de 1863, cit. en ibid., p. 114.