Joel Padrón González * La Jornada [ x ] C iertamente México debe moverse, como dicen. Todos, absolutamente todos, debemos mover a México. Pero, ¿hacia dónde lo movemos o, más bien, dejamos que lo muevan? Las repetidas ejecuciones (de inocentes muchas de ellas) y las fosas clandestinas que se multiplican impunemente a lo largo del país, con víctimas de cientos de connacionales y migrantes de diversas nacionalidades; principalmente los recientes acontecimientos en Iguala, Guerrero, que han sacudido al país entero con horror y asombro ante tanta crueldad y violencia: primero, los seis inocentes asesinados, y después, los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa secuestrados, torturados, masacrados, calcinados y desaparecidas sus cenizas, como dicen, en el río San Juan de Cocula, y quién sabe cuántas cosas más.