Exterminio del pueblo AWÁ de Colombia

Tica Font*
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Aproximadamente el 3,36% de la población colombiana (1.392.623 millones) son indígenas procedentes de 102 pueblos, según la ONIC; pueblos invisibilizados de los que apenas conocemos sus realidades y problemas, pueblos que sufren saqueo, exterminio físico y cultural, exclusión social y robo de sus recursos.


Uno de estos pueblos, el Awá se encuentra ubicado en el Sur-Occidente colombiano, en territorios de Ecuador y Colombia en una zona de selva húmeda tropical de gran diversidad biología y riquezas naturales. Ése es su castigo vivir encina de recursos de gran interés económico para empresas nacionales y multinacionales.

Sufren discriminación por el simple hecho de ser pobladores rurales, sufren discriminación cultural por ser pueblos con una cosmovisión, pensamiento y formas de relacionarse con la naturaleza eminentemente diferente al de la sociedad blanca o mestiza y en definitiva sufren discriminación por tener una cultura diferente a la occidental.

La crisis humanitaria que sufren los Awás los convierte en uno de los 34 pueblos indígenas colombianos con inminente riesgo de desaparición física, cultural y espiritual. Por su ubicación estratégica en la frontera con Ecuador, por la producción de la cocaína, por las riquezas naturales que albergan sus tierras y por el conflicto armado colombiano, los awás son víctimas del terror y las violencias de todos los actores armados, FARC, ELN, Rastrojos, paramilitares, policía y militares.

Las violaciones a los DD.HH y al DIH que ha venido padeciendo históricamente el Pueblo Awá, especialmente en el marco del conflicto armado interno colombiano que se desarrolla en sus territorios, entre el 2011 y 2013 han sido innumerables, se han datado masacres, 51 asesinatos selectivos, 8 desaparecidos, diversos desplazamientos forzados reclutamiento forzados de jóvenes awás por parte de actores armados ilegales y confinamientos en sus territorios.

Una buena parte del territorio Awá se halla sembrado de minas antipersona. Éstas se encuentran en tierras de cultivos, en los caminos, cerca de sus escuelas y poblados e incluso en sus lugares sagrados. Los accidentes por explosión de minas provocan muertos y heridos. Esta situación, unida a las anteriores agresiones a las que son sometidos provoca situaciones de pánico, terror, desplazamientos, confinamientos, cierre de escuelas y pérdida de sus cosechas.

Desde los años 60, el Territorio Awá alberga el oleoducto Transandino que conduce el crudo desde los pozos de Orito y Putumayo hasta el puerto de Tumaco. El oleoducto en estos últimos años ha sido objeto de asalto y explosiones para obtener crudo, producir gasolina y utilizarla en el procesamiento de la cocaína. Estos asaltos al oleoducto producen derramamientos de crudo que en algunas ocasiones provoca incendios, pero que siempre produce contaminación de las aguas de los ríos, sus riveras y el suelo, perjudicando los cultivos, dañando los alimentos y la salud de los awás. Todo ello configura una emergencia ambiental de considerables proporciones a la que hay que añadir la explotación de recursos madereros, auríferos y otros minerales por parte empresas multinacionales y locales de carácter legal e ilegal.

En algunos de los municipios donde viven los Awá han llegado colonos apoyados por narcotraficantes y actores armados con la finalidad de cultivar coca y producir cocaína, lo cual ha provocado la fumigación con glifosato de manera intensiva e indiscriminada. Las fumigaciones no han resuelto el problema de la coca, pero han provocado la contaminación y degradación de los suelos y ríos, afectando la flora y fauna autóctona así como los cultivos de pan coger y la salud de los awás. También cabe mencionar los impactos que los colonos con sus modos de vida (producto de la economía de la cocaína) y sus prácticas violentas están afectando gravemente la cultura y la espiritualidad awá.

Seguramente tendremos que hacer alguna campaña de recogida de firmas o adhesiones on-line como las que hacemos para salvar el ártico o las ballenas, en este caso serán para garantizar la vida física y cultural, la integridad, la seguridad y la dignidad del pueblo Awá.

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*Tica Font y Pere Ortega
Activistas e investigadores por la paz
Miembros del Centre Delàs d'Estudis per la Pau
La insumisión, el mejor camino para cambiar, mejorar y transformar la realidad. Insumisos al poder económico, político y cultural dominante. Una mirada crítica al estatus quo.