Cinco nuevos pobres por minuto: la Argentina de Macri

La sopa de los pobres- Reynaldo Giudici
Claudio Lozano Tomás Raffo Samantha Horwitz y Javier Rameri

En un reciente material (1), a propósito de los nuevos índices de pobreza e indigencia presentados por el Nuevo INDEC; hemos defendido la actualización metodológica practicada por el citado organismo frente al furibundo ataque de que fuera objeto por parte de algunas usinas de intelectuales y periodistas comprometidos con la gestión anterior. Sin embargo, hay una pequeña parte del cuestionamiento a la presentación del INDEC que compartimos. El Nuevo INDEC no presentó en su comunicado de prensa junto a los resultados de la actualización metodológica un apartado con los resultados que hubiéramos tenido en las tasas de pobreza e indigencia con la metodología anterior. Del mismo modo, tampoco hizo una corrección de las series de la metodología anterior en el período en que claramente se practicó la manipulación grosera de las estadísticas sociales (período 2007 – 2015), de modo que no brindó un empalme de la nueva metodología con una serie de tiempo que permita su comparación.

Quizás las dos últimas omisiones son estadísticamente imposibles de subsanar, toda vez que el cariz de la manipulación de datos realizada en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) durante el período 2007 – 2015 impide su adecuada corrección con criterios medianamente aceptables. La primera omisión quizás es menos justificada, porque nada impedía en el marco de un relevamiento nuevo de la EPH sin manipulación en la recopilación de datos (la correspondiente al 2do trimestre del 2016) y con relevamiento de precios no sospechados de manipulación, presentar las dos estimaciones de pobreza, la correspondiente a la nueva metodología (que fue del 32,2%) y la que resultaría de mantener la metodología anterior. Semanas después, y con la excusa de que no habían podido hacer el cálculo correspondiente ya que para comparar necesitaban trimestralizar la medición de pobreza correspondiente al 2006 ( último año previo a la intervención), los responsables del Nuevo Indec presentaron el cuadernillo metodológico número 22 en el que establecen las relaciones correspondientes entre una metodología y otra. En él puede constatarse que el 32,2% de pobres correspondiente a Junio del 2016, debe compararse con un 42% de pobreza en el 2006.
Sin embargo, más allá de las decisiones adoptadas por el INDEC, lo central gira en torno al debate interpretativo de los datos. En el material que mencionáramos al comienzo nos hemos ocupado del intento de sostener el “relato Kirchnerista” justificando la inadmisible intervención al INDEC e intentando decir que la nueva medición era una medición Macrista. En este nuevo material nos proponemos desmontar “el relato macrista”, sobre la base de valorar el salto cualitativo que supone para el “debate interpretativo” contar con datos estadísticos confiables y no sospechados de grosera manipulación como en la etapa 2007-2015. De este modo el debate se restringe a las miradas y posiciones que cada discurso sostiene y no sobre las condiciones de la buena/mala fe, que condicionan, al punto de hacer imposible, el debate mismo.
En su conferencia de prensa del día 28/09/2016 (2) en que se conocieron los resultados de la pobreza del Nuevo Indec, el Presidente Macri afirmó un conjunto de definiciones, que son todas perlas, respecto a la visión que el mandatario tiene respecto al fenómeno de la pobreza y como se la combate. Muchas de las cuales las emparentan con la gestión anterior, como por ejemplo cuando afirma que “la pobreza se combate generando empleo” o bien cuando su Ministra de Desarrollo Social sostiene que en relación con los pobres la tarea del Gobierno es “sostenerlos y acompañarlos” vía política social, “...hasta que consigan un empleo”. Sin embargo, del abundante “material” desplegado por el Presidente Macri, queremos quedarnos con la respuesta que le hizo a un periodista, cuando éste le preguntó si hacía alguna autocrítica de sus primeras medidas económicas y el impacto que ellas tuvieron en el crecimiento de la pobreza. La respuesta presidencial no tiene desperdicio y por eso la transcribimos (3):
“Este es el verdadero punto de partida, porque es el verdadero equilibrio económico de la Argentina, sin cepos, sin conflictos financieros con el mundo, sin distorsiones en la economía de todos los días que generaban supuestamente situaciones que no eran reales. Hoy esta es la realidad...sobre la cual quiero y acepto ser evaluado sobre si pudimos o no reducir la pobreza en la Argentina. Todo lo demás que podamos decir son excusas. La realidad es que hay que reducir la pobreza en la Argentina y este el punto de partida”.
“El pez por la boca muere” es un refrán del que nos hemos hecho eco para analizar algunos rutilantes enunciados de esta nueva era Macrista. Nuevamente nos viene “servido en bandeja” pero haremos el esfuerzo de restringir el análisis a lo meramente “económico” que contienen las palabras presidenciales. Veremos si somos capaces de resistir semejante tentación.
El verdadero punto de partida (¡lo que te devoraste Macri!)
En esta primera frase, con que se inicia y finaliza la interpretación de Macri, está el nudo de la cuestión interpretativa. Para el Presidente el punto de partida anula los primeros seis meses de su gestión. Pretende atribuir la totalidad de los pobres (32,2%) a la herencia recibida de la gestión anterior, sin que se le pueda responsabilizar en nada de dicha situación. La operación de anulación de lo actuado en materia de sus primeros 6 meses de gestión comporta un verdadero acto Macrista. Acto, que como enseña el psicoanálisis se funda en una estructura de desconocimiento, tanto de sus condiciones de origen como de sus efectos. Aporta claro está en esta estructura de desconocimiento el desastre estadístico del INDEC del período previo. Sin embargo, lejos estamos de atribuirle inocencia al planteo del Presidente Macri. Comporta una verdadera interpretación de la realidad el desconocimiento adrede de los efectos que supuso su política económica. Para el Presidente Macri, su devaluación del 50% con eliminación / reducción de retenciones en productos primarios, con su impacto en el aumento de la tasa de inflación, más el impacto de los tarifazos fueron nulos en materia de generación de nuevos pobres. Para nosotros, ellos tuvieron un impacto preciso en el aumento del número de pobres, aunque no podamos precisarlos desde la propia información del INDEC. (Corresponde agregar que esta interpretación macrista se sostuvo también en el hecho de que el INDEC no presentara en simultáneo el empalme correspondiente de la nueva metodología con la anterior. En este sentido, más allá de las justificaciones que los responsables del INDEC dieron semanas después, tampoco nos resultó inocente esa decisión. Por eso, presentamos nuestra estimación de la tasa de pobreza e indigencia previo al momento de asunción de Macri (el detalle metodológico lo incorporamos en el Anexo al presente material).
Como se observa en el Cuadro No 1, Macri asume con un 29,5% de pobres, y fruto de sus políticas económicas, incrementa en 2,7 puntos la tasa. Es decir aumenta un 10% el problema de la pobreza. Así de los 14.036.098 argentinos pobres, a la gestión de la política económica de Macri, le corresponden 1.262.245.
Del mismo modo, pero de manera más intensa en proporción, el fenómeno de la indigencia se incrementó en un 20% con las medidas de Macri. En efecto, pasaron de representar el 5,3% al 6,3%, de la población. Por ende 461.136 de compatriotas que no estaban bajo la línea de indigencia previo a la asunción de Macri, pasaron a estarlo 6 meses después.
Este es, para nosotros, el verdadero punto de partida de la gestión Macrista: Haber incrementado en cerca de 1,3 millones de nuevos pobres y cerca de medio millón de nuevos indigentes.
Este prácticamente 1,3 millones de nuevos pobres (de los cuales el 36,5% es indigente) que produjo la política económica de Macri, y que él pretende desconocer, es “el ocultamiento” de Macri al fenómeno de la pobreza y la indigencia. En el marco de la ausencia de una política integral dirigida a modificar de raíz el problema de la pobreza y la indigencia, esta solo puede reproducirse en el tiempo. Es la “fábrica de la miseria”, que desde nuestra perspectiva, pone en el centro del debate la profunda injusticia sobre la cual se organiza la sociedad argentina y que a su vez porta grados de conflictividad y disrupción social evidentes. Desde esta óptica, nunca es demasiado exagerar los mecanismos que hacen incrementar este fenómeno. Algo de esto se intuye en la operación discursiva de Macri, de querer presentarse como inocente respecto a la delicada situación social vigente. Para nosotros se trata de practicar el principio contrario: mostrar del modo más ilustrativo posible la responsabilidad del nuevo Gobierno en el incremento del número de pobres e indigentes, tanto en función de lo que produjo su política, pero principalmente porque de lo que se trata es de corregir dicha política, en pos de desterrar “la fábrica de la miseria” asentada hace ya demasiado tiempo en nuestro país. Van aquí entonces, algunas reflexiones de lo que supuso el incremento Macrista de la pobreza y la indigencia.
  • Si comparamos los nuevos pobres (1,3 millones) e indigentes (casi medio millón adicional) con el crecimiento poblacional del período (250 mil argentinos más), resulta que la Política Económica de Macri implicó que por cada nuevo nacido en el período, 2 cayeran bajo la línea de la indigencia y casi 6 bajo la línea de la pobreza.
  • Del mismo modo, si comparamos el crecimiento anual de la población argentina (que es de 458.402 nuevos argentinos), en los primeros 6 meses del Gobierno de Macri, la indigencia superó este crecimiento poblacional y la pobreza casi que lo triplicó. Por ende, se puede afirmar que Macri, en sus primeros 6 meses, sumió en la indigencia a toda la nueva población del 2016 (algunos de los cuales aún no nacieron) mientras que llevó a la pobreza a toda la nueva población nacida entre el 2014 y el 2016.
  • Por último, y dada la intensidad del fenómeno, si tomamos en cuenta los 180 días de gestión transcurridos, la gestión de Macri, produjo nada menos que 7.012 pobres por día, lo que equivale 292 pobres por hora, y a casi 5 nuevos pobres por minuto.
  • Para el caso de la indigencia, la performance Macrista se expresa en 2562 nuevos indigentes por día, 107 por hora, y casi 2 nuevos indigentes por minuto.
Ese es para nosotros el verdadero punto de partida de Macri. Haber agravado de manera abrupta el frágil cuadro social heredado como producto de su política de ajuste implementada, que se expresa en los 5 nuevos pobres por minuto que produjo Macri en sus primeros 6 meses y que pretende desconocer. A este interpretación le hacemos corresponder la metáfora, “lo que te devoraste Macri!”, aunque el Presidente prefiera referirse en términos de “el verdadero equilibrio económico de la Argentina”
El verdadero equilibrio económico; o de cómo no ver lo evidente
Curiosa, por lo menos, forma de expresión del Presidente Macri para referirse a una sociedad donde 1 de cada 3 argentinos vive en hogares pobres. Se sabe que, en toda sociedad, el equilibrio no existe. En efecto, ya hace tiempo en el plano de la teoría y en la experiencia cotidiana, se observa que el “equilibrio” no es más que un concepto teórico. La sociedad nunca está en equilibrio, sino que tolera, con mayor o menor cohesión, ciertos desequilibrios básicos. Desde la relación capital-trabajo como eje constitutivo de la desigualdad, hasta la idea de que el equilibrio se asocia al estado estacionario donde no hay más cambios y por ende se niega la vida (portadora en esencia de cambios), se observa la ineficacia de esta noción para representar la realidad. Si puede tener un cierto valor de perspectiva, en el sentido de los ideales a los que puede aspirar una sociedad, si el equilibrio se lo asocia con la igualdad. Pero en términos de la representación de la realidad social Argentina, no puede nunca afirmarse que estamos en equilibrio. En el Cuadro No 2 presentamos algunos pocos datos seleccionados que permiten desechar la idea del Presidente Macri del “equilibrio económico de la Argentina” y sustituirla por el “delicado desequilibrio social” de nuestro país.
Como puede observarse, a los datos de pobreza (32,2%) e indigencia (6,3%) ya expuestos le corresponde un grave fenómeno adicional, el de la infantilización de la pobreza. En efecto, al considerar la población menor de 14 años, que ronda los 9,6 millones de chicos, el 47,4% son pobres y el 9,4% son indigentes, traduciéndose en 4 millones y medio de chicos que viven en la pobreza, y casi 1 millón en la indigencia. Del mismo modo, se sabe que la no registración laboral afecta al 33,1% de los asalariados, pero se suele desconocer que la precariedad laboral engloba a casi la mitad, en rigor al 46,8% de la fuerza laboral disponible. Del mismo modo, como se puede observar en el Cuadro No3, el ingreso medio de los ocupados fue de $10.071 inferior a la Canasta Básica Total que define la línea de pobreza por hogar (que fue de $11.772) al tiempo que la desigualdad en el reparto de los ingresos la expresa el hecho de que el ingreso del 1o decil ronda los $1.369, hallándose un 86,4% por debajo del medio del total de ocupados. A su vez, el decil más alto posee un ingreso medio de $28.591, el cual se encuentra 183,9% por encima del mismo observándose una brecha entre el 1o y 10o decil de 20,9 puntos, es decir, el tramo de la población con mayores ingresos gana casi 21 veces más que el de menores ingresos. Esta desigualdad en la distribución personal de los ingresos en los ocupados también se puede visualizar por estratos: mientras que el 40% de la población más pobre percibe un ingreso medio de $3.825 inferior a la Canasta Básica Alimentaria que define la línea de indigencia por hogar (que fue de $4.830) , mientras el 20% más rico obtiene un ingreso medio de $22.535, que es un 123,8% por encima del promedio. Por lo tanto, la brecha brecha entre el 20% más rico y el 40% más pobre es de casi 6 veces en materia de ingresos.
Las supuestas situaciones que no eran reales, y un aporte de Lacan
He aquí una verdadera perla. “Las supuestas situaciones que no eran reales”. Si las situaciones que desmontó la gestión de Macri (el cepo, el conflicto con los Buitres, las “distorsiones de todos los días”) no eran reales, entonces la operación Macrista de eliminarlas comporta el fin de la ficción y el primado de la realidad. El problema es el pequeño “supuesto” con que inicia Macri su justificación. Si las situaciones que no eran reales, son en rigor supuestas, es porque esas situaciones eran reales, no ficcionales. Traicionado por el lenguaje, Macri es víctima de lo que todos padecemos por constituirnos como seres de palabras: la traición entre la voluntad de decir y el decir efectivo. Hemos dicho que no queríamos ceder a la tentación de esta vía.
Sin embargo, ya en otra ocasión le dedicamos al Presidente la frase de Lacan sobre “la estructura de ficción que tiene toda realidad”. Y por ende, corresponde darle la razón al Presidente. En efecto, era una ficción social el control (fallido por cierto del valor del dólar, popularmente conocido como “cepo”). Tan ficción, como lo es la eliminación de las regulaciones a la compra-venta de la divisa que se sostiene por un fenomenal endeudamiento. Endeudamiento que nuevamente ubica en el terreno de la ficción la posibilidad de su repago genuino (Macri incrementará la deuda en no menos de U$S 74.000 millones en dos años, en un contexto donde el total de la deuda –U$S250.000 millones- equivale a la mitad del PBI). Tiene razón Macri de que era una ficción “el conflicto financiero con el mundo” (en rigor la pelea con los fondos buitres); tan ficción como los grados de legalidad y legitimidad de esas acreencias que nunca fueron auditadas y que reconocen su origen en el marco de la Dictadura Genocida del 76 (al que en principio le corresponde la doctrina de la “deuda odiosa”). Ficción también, podemos concederle a Macri, en “las distorsiones en la economía de todos los días”, entendemos que hacía alusión a las retenciones a los productos agrícolas, y a los permisos de exportación e importación; tan ficción como lo es el hecho de que las ventajas naturales de que dispone nuestro país en dichas producciones le correspondan en exclusividad a los actores dominantes de estos sectores (un puñado reducido de empresas extranjeras en su mayoría).
Como se ve, la sociedad, en tanto es un acuerdo (con mayor o menor grado de explicitación) es una suma de “ficciones” que se adoptan (consciente o rutinariamente) como criterio de convivencia social aceptado. El tema no pasa por denunciar la “supuesta ficción” de la sociedad, puesto que no hay sociedad sin un determinado grado de ficción (entendido como un acuerdo no natural entre los sujetos que la conforman). El debate, desde nuestro punto de vista, es sobre en qué tipo de ficción se consiente vivir en sociedad, y en ese marco adquiere especial interés el debate respecto a desmontar la estrategia discursiva de aquellos, como es el caso del Presidente, pretende ocultar su “ficción” negando tal carácter a su propuesta de organización social. Ya hemos señalado la función del desconocimiento en el acto de fundación de todo sujeto, y esto lo podemos hacer extensible, a la forma de organización social que nos propone Macri. Aquel donde la ficción pasa por negar su carácter de ficción arrogándose una supuesta “naturalidad”, en este caso del mercado en la organización social. Vaya de paso el hecho de señalar que la “naturalidad” del mercado no es más que un supuesto, que es el corolario de una ficción social asentada en determinados arreglos que con el paso del tiempo y el ejercicio del poder pretenden perpetuarse. Lo que nos lleva al último punto.
Quiero y acepto ser evaluado, atisbos del sueño Macrista
Otra curiosa formulación presidencial. En primer lugar vamos por el sentido literal. Comporta una verdadera inversión de lo que puede definirse co mo “la situación evaluativa”, en la que el evaluado fija las condiciones de su evaluación. Ello es contrario al sentido y a la práctica de la evaluación, donde el evaluado debe superar determinados parámetros que se le imponen externamente, por parte del evaluador sin que pueda intervenir en las condiciones sobre las cuales será evaluado. El Presidente Macri pretende desconocer este principio elemental. Desconocimiento que se funda en aquel para quien el poder, es decir la capacidad de imponer condiciones, forma parte de su experiencia cotidiana desde mucho antes de asumir el máximo lugar de la autoridad política del país. A nadie se le escapa que Macri es un integrante del Poder Económico. En su historia (personal y de estrato social) transita buena parte del derrotero de ejercicio del poder económico de la Argentina de los últimos 40 años. Es esta casi “natural” convivencia con el ejerció del Poder el que pueda explicar, la naturalidad y el desparpajo con que el Presidente Macri pretende fijar las condiciones de su evaluación. Y la ausencia de inocencia se expresa en que esta inversión de la “situación evaluativa” se formula en vistas de hacer posible el ocultamiento de los nuevos pobres que su política económica produjo.
Los que aquí escribimos suscribimos la hipótesis de que lo que distingue al género humano de otras especies es que somos fundamentalmente “seres de palabra” (para algunos lo fundamental es que somos “seres de pensamiento” pero nos parece que es muy audaz endilgar esta característica a todos los que se definen bajo el género humano). Como sea, y por mucho que pretenda Macri, nosotros lo queremos evaluar en función de su promesa de campaña de “Pobreza Cero”. Promesa que, como lamentablemente parece ser una característica de buena parte de la lógica política dominante (no sólo por nuestros lares), solo compromete a quien la recibe. Nosotros queremos comprometer a Macri con su palabra, es decir con su consigna de pobreza cero, aunque el Presidente, en innumerables ocasiones, a posteriori claro está de ser electo presidente, afirmó que la “pobreza cero es un objetivo de largo plazo”, ya que es “imposible eliminarla en 4 años”. Noten como ya anuncia su más preciado anhelo (que dicho sea de paso volvió a repetir recientemente en una entrevista para un medio televisivo (4)). Sin embargo, queremos desmentir, una vez más al Presidente Macri.
En la Argentina no hace falta un nuevo mandato de Macri para alcanzar “pobreza cero”, ni siquiera esperar el final de su mandato (2019). Como ya lo venimos demostrado en otros materiales, el problema de la Argentina no es que sea pobre, sino que mantiene a buena parte de su población en situación de pobreza porque es un país extremadamente desigual, donde pocas familias consumen muchas canastas de pobreza, y muchas familias no acceden siquiera a una.
En efecto si tomamos como referencia el Producto Bruto Interno a precios corrientes (PBI), expresión de la riqueza producida, y los valores de las canastas básicas del 2do trimestre 2016, tanto alimentaria como total, puede estimarse de manera aproximada qué porcentaje es necesario del PBI para que no haya más hambre ni pobreza en la Argentina. A partir del valor de la Canasta Básica Total (CBT) para la familia tipo de $11.772, podemos observar que alrededor de 58 millones de ellas caben en el PBI, traduciéndose en 233 millones de personas que podrían no ser pobres. Es decir, se requiere de un 6% del PBI para eliminar la pobreza en el país. Asimismo, dado el valor de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) para dicha familia tipo de $4.830, vemos que 142 millones podrían caber en el PBI, sacando de la indigencia a 568 millones de personas, implicando únicamente un 0,5% del PBI el “esfuerzo distributivo” que hay que realizar para poner fin al hambre en nuestro país.
Del mismo modo, si en lugar del PBI tomamos en cuenta el consumo privado, es decir, sin afectar las decisiones de de inversión ni el consumo público, podemos deducir que en el consumo privado caben alrededor de 38 millones de CBT, y 92 millones de CBA. Con lo cual, 153 millones podrían no ser pobres (se requiere cerca del 9,2% del consumo privado para eliminar la pobreza), y alrededor de 372 millones tendrían la posibilidad de salir de la indigencia (0,7% del consumo privado para eliminar la indigencia).
Pasando en limpio entonces, si se quiere hacer verdad la consigna “Pobreza Cero”, ella es perfectamente posible si se está dispuesto a distribuir el 6% de la riqueza que producimos (PBI) ó el 9% de lo que consumimos. Del mismo modo, eliminar el hambre es posible distribuyendo apenas el 0,5% del PBI o bien el 0,7% del Consumo Privado. No es imposible, no es en el largo plazo, se puede eliminar la pobreza y la indigencia si hay voluntad política, que obviamente brilla por su ausencia en la Gestión de Macri, aunque no así en su discurso.
Finalizando y volviendo a su enunciación del “quiero y acepto” no podemos resistirnos a mostrar las resonancias que dicha formulación conlleva en sus usos habituales: aquel que pronuncian los novios cuando consuman su matrimonio en el altar con perspectivas de eternidad. Es sobre este nada particular sueño Macrista, la de su eternización en la Presidencia (aunque solo sea dos mandatos) que pretendemos alertar cuando para alcanzar su objetivo utiliza la falacia de que “en 4 años es imposible Pobreza Cero”.
ANEXO
Estimación de la Pobreza e Indigencia
Al 4to Trimestre 2015
En el presente material se exhibe la última y más reciente estimación de las tasas de pobreza e indigencia, relativas al 4to trimestre del año 2015. Para ello, se tomaron los valores de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y la Canasta Básica Total (CBT) presentados recientemente por el INDEC, y a partir de Abril 2016, se deflactaron hasta llegar al período mencionado:
- La CBA se deflactó por un Índice de Precios al Consumidor (IPC) propio, relativo a los Alimentos y Bebidas (de ahora en más, IPC IPyPP AyB).
- La CBT se obtiene a través de la suma entre la CBA y una Canasta Básica No Alimentaria (CBNA). Esta última se estima a través de la variación mensual del índice de precios de todos aquellos bienes y servicios que no pertenecen al rubro alimenticio. Entonces se le quita la incidencia del IPC IPyPP AyB al nivel general del Índice de Precios al Consumidor propio (IPC IPyPP NG), de manera de estimar la evolución de los precios en el resto de dichos bienes.
Para el cálculo del índice de variación de precios de la CBNA se utilizan las siguientes variables:
a) La variación mensual del IPC IPyPP NG (%NG)
b) La variación mensual del IPC IPyPP AyB (%AyB)
c) La ponderación de los alimentos y bebidas (AyB) en el total IPC (Pond. AyB), que en este caso es 36,52%, y se mantiene fijo para todo el deflactado.
d) Diferencia entre el entero y la ponderación del IPC AyB. (1 - Pond. AyB), para obtener la ponderación de todos aquellos bienes no pertenecientes al rubro alimenticio.
El despeje de variables nos devuelve la variación mensual del componente no alimentario (%NoAyB):
%NoAyB = %NG - ( %AyB x Pond. AyB )
(1 - Pond. AyB)

Sabiendo que CBT - CBA = Canasta Básica No Alimentaria (CBNA) Entonces CBA + CBNA = CBT
Con lo cual, para la obtención de la CBNA de Abril 2016, se hizo la diferencia entre la CBT y CBA de ese período (datos proporcionados por el INDEC).
Luego, se deflactó por %NoAyB de cada mes, hasta llegar a las CBNA del 4to trimestre 2015. Sumando las CBAs y CBNAs de Octubre, Noviembre y Diciembre del 2015, obtuvimos las CBT de dichos meses, para luego calcular los promedios (únicamente de la CBA y CBT) y utilizarlos en el cálculo de los indicadores socioeconómicos, para todas las regiones de interés.
Como no se dispone de la información proporcionada por base de datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) correspondiente al trimestre en cuestión, el procedimiento consistió en actualizar la base EPH del segundo trimestre 2015, a través de una revisión en los ingresos de las personas (ITF). La reestimación consistió en un aumento del 16,08%, lo cual es un promedio ponderado entre la estructura relativa de la población y sus debidos aumentos salariales, jubilatorios, o asignaciones familiares. Al actualizar las bases de datos de manera trimestral, los incrementos en los ingresos también fueron computados con la misma modalidad, es decir, estimando un promedio por trimestre e infiriendo un determinado aumento semestral (del segundo al cuarto trimestre 2015). En efecto, dicho cálculo es el siguiente:
I) Los Menores de 18 años presenciaron un aumento en las asignaciones familiares (específicamente de la AUH) de 18,16%. Dado que el incremento fue asignado en Junio 2015, comparar dicho valor con el de Diciembre de ese mismo año nos proporcionaría una evolución nula en términos nominales, precisamente por estar tomando el primer mes donde fue registrado el aumento. Con lo cual, se estimaron promedios trimestrales, y luego se calculó su evolución, desembocando en el ya mencionado valor.
II) A partir de los Índices Salariales del INDEC pudimos observar que los Mayores de 18 /Menores de 65 años, diferenciados por sector, experimentaron un incremento promedio (ponderado) de 15,7% en sus retribuciones:
- Sector Privado Registrado (16,46% de aumento) - Sector Privado No registrado (16,33%)
- Sector Público (13,38%)
III) Asimismo, las personas Mayores de 65 años se vieron afectados por un aumento semestral del 12,49%.
Luego, el promedio ponderado se estimó a partir de la estructura relativa poblacional:
- Menores de 18 años representan el 29,42% de la población.
- Mayores de 18/Menores de 65, un 59,82%. (47% Privado Registrado, 30% Privado No Registrado, 23% Público)
- Mayores de 65, un 10,76%.
De esta manera se obtuvo el promedio ponderado de 16,08%. Dicho valor se aplicó de manera generalizada al ITF de cada hogar de la EPH. De esa manera se infirieron los ingresos estimados al cuarto trimestre 2015, y de acuerdo a ello, se calcularon nuevamente las tasas de pobreza e indigencia.
Dada la comparación de tasas entre trimestres, podemos observar que el incremento observado en la pobreza fue de +2,74%, y en la indigencia +1,03%. A su vez, la variación absoluta de personas pobres fue de 1.300.000, y de indigentes, casi 500.000, lo cual en variación relativa se traduce como un 9,88% y 20,18%, respectivamente.
*Claudio Lozano  economista, diputado nacional por Unidad Popular.
Tomás Raffo Economista, miembro del Instituto Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), de la CTA.
Samantha Horwitz y Javier Rameri Economistas, colaboradores del IPyPP, han elaborado el aparato estadístico de este artículo.
Notas:
1 Ver Lozano; C: et al “32,2% de pobres: un cachetazo estadístico al relato Kirchnerista. (Los avatares del significante)” disponible en www.ipypp.org.ar
2 conferencia de prensa del día 28/09/2016 que se puede ver en internet https://www.youtube.com/watch?v=7JwgbbbLuZ8
3 Ver a partir del minuto 4.15 del video, cuando en relación con los datos de la UCA de 1,4 millones de nuevos pobres, el periodista le pide al Presidente Macri una autocrítica.
4 Ver la nota en La Nación del 8/11/2016 disponible http://www.lanacion.com.ar/1954207-macri-es-posible-que-estemos-aca-para-mas-de-un-mandato