Oxfam rechaza los persistentes asesinatos y amenazas contra líderes y lideresas sociales en Colombia

Juan Sebastian Cifuentes


Sólo de enero a marzo del presente año, 20 defensores y defensoras han sido asesinados en Colombia. La víctima más reciente fue Gerson Acosta, defensor de derechos territoriales y ambientales, y líder indígena del Resguardo Kite Kiwe, quien fue asesinado  el 18 de abril cuando salía de una reunión comunitaria en Timbío, departamento del Cauca, al suroccidente del país. Gerson Acosta era miembro de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), organización con la que Oxfam tiene estrechos lazos de colaboración y proyectos conjuntos para la construcción de paz en los territorios.  

Oxfam rechaza enérgicamente el asesinato de Gerson y todos los hechos violentos en contra de defensores y defensoras en Colombia, y se solidariza con las víctimas y las comunidades que viven este asedio constante.
A estos asesinatos de líderes y lideresas en el Cauca y otros puntos del país, se suman las amenazas de diversos grupos armados. Margarita Hílamo Mestizo y otras mujeres indígenas de la ACIN, han sido amenazadas.
“En el norte del Cauca, a pesar de los diálogos de paz, hay mucha zozobra, sobre todo para las mujeres”, afirma Margarita, y enfatiza en que quienes están más expuestas a la violencia, son lideresas que prestan un servicio social. Además de acciones de denuncia sobre los derechos ambientales y territoriales, Margarita también ha participado en movilizaciones en contra de la violencia sexual por parte de actores armados, lo que ha empeorado su situación de riesgo.
A pesar del proceso de implementación del Acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) y negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), los pueblos indígenas de Colombia, así como las comunidades afrodescendientes y campesinas, están viviendo el aumento de asesinatos y amenazas contra sus líderes y lideresas.
Según el informe anual de Somos Defensores80 defensores y defensoras fueron asesinados en el 2016, lo que significa un aumento del 27% comparado con el 2015. De estos asesinatos, 22 ocurrieron en el departamento del Cauca y el 87.5% de las muertes de defensores y defensoras se registraron en zonas rurales del país.
La ACIN ha denunciado que el asesinato y amenazas de sus líderes y lideresas están motivados por la oposición a economías ilegales o conflictos privados. A pesar de las constantes denuncias de diferentes sectores de la sociedad y la comunidad internacional, el gobierno colombiano desestima la situación y niega la violencia sistemática que se vive en las zonas rurales, así como la presencia de grupos paramilitares en varias regiones del país, sobre todo en los territorios en los que antes operaban las FARC.

Como lo han expresado diferentes actores comprometidos con la paz en Colombia, la persistencia de esta violencia pone en riesgo el propósito común y la construcción de la paz en los territorios.
Oxfam expresa su solidaridad con todos los pueblos indígenas de Colombia y con las comunidades afrodescendientes y campesinas, que hoy sufren el asesinato, secuestro y asedios constantes en contra de sus líderes y lideresas -aún en medio de la implementación del Acuerdo de paz con las FARC y de nuevas negociaciones con el ELN.  Oxfam también hace un llamado urgente al Estado colombiano a que se implementen medidas diferenciales de protección integral y colectiva, concertadas en conjunto con los líderes y lideresas sociales y se reconozca su rol fundamental para la construcción de paz en el país.